martes, 24 de abril de 2007

¿Alma o Dios?


Personalmente creo que es absolutamente compatible un desarrollo o progreso como el que entendemos en occidente y una espiritualidad plena como la que entienden en Oriente o incluso como la entienden algunas personas occidentales. El problema está en la confusión entre el principio espiritual: el alma y su supuesta procedencia, Dios. En esa batalla van ganando los dioses y más desde que el alma ya no se llama alma sino mente, subconsciente o psiqué. Los laicos tenemos que recuperar el concepto del alma pues es el único concepto, el unico "meme" que puede oponerse a la creencia en Dios y por tanto la unica idea que puede resultar ser ecuménica, es decir integradora.

El problema es pues el aspecto religioso que existe detrás de la palabra Dios, el problema está en la creencia que es el germén de la intolerancia, de la razón alcanzada quién sabe si a través de la revelación, una anti-razón por así decir y por tanto la que genera la herejía y da lugar a las persecuciones de los iniciados contra los apóstatas. El problema es la creencia religiosa, el aspecto idolátrico de todo este tinglado. Porque la gente de lo que tiene necesidad -más bien asi se modeló su mente- es de un Otro al que seguir, al que adorar, esa pulsión es tan fuerte y tiene tanta tradición, está tan enclavada en el fondo de la memoria colectiva que una religión sin apóstoles, sacerdotes, escenografia, gurus, santos, imágenes, preceptos o lugares sagrados no tendría seguidores. Y la religión es incompatible con el progreso, eso parece demostrado. Hasta las religiones sin Dios como el budismo tienen un cierto tufillo idolátrico, ellos adoran creo a un Buda viviente que además es intercambiable con lo que resuelven de una vez por todas el problema del Mesias, del Salvador, del Esperado, ellos nombran uno cada vez que lo precisan y asunto liquidado. Yo tengo muy poco respeto por las religiones y mucho por las necesidades espirituales de los individuos, Porque creo además que no son la misma cosa aunque tienden a confundirse. Creer en Dios es un asunto bastante diferente a sentirse parte de un Todo, o a sentir que uno es parte de algo supraindividual, incluso a creer que el alma, la Psiqué, o lo que sea es algo eterno. Yo creo que de haber alguna sustancia eterna no seria Dios sino otra cosa, probablemente algo mas cercano de lo que creemos a nosotros mismos.

Es evidente que los dioses han pactado mantener a la Humanidad en una cierta privación, es evidente que los dioses precisan de una casta de iniciados y es evidente también que esas castas han mantenido ocultas las herramientas necesarias para hacer progresar a la humanidad. No cabe ninguna duda de que la religión es y ha sido históricamente enemiga de la ciencia, enemiga del progreso y enemiga de la vía esotérica, aquella que buscaba el ser humano individual a solas, sin la mediación de otros. Freud en el "Porvenir de una ilusión" ya hizo mención a esta pulsión gregaria del hombre que busca a un otro al que adorar.

A mi me parece que este surgimiento de eso que llamamos "new age" lleva muy mala pinta: tenemos a Leonardo Boff haciendo mítines y mezclando churras con merinas, tradiciones animistas con el cristianismo, el calentamiento global (un problema político) con la alimentación integral (una forma de agricultura carísima y que no resolverá el problema del hambre). Vuelven liturgias oscurantistas y se propugna el uso de drogas como método de alteración de la conciencia, viajes al Perú en busca de "no se qué" que aquí no sabe encontrarse, y en fin por no hacerlo muy largo que me parece todo muy superficial, una mezcla sin sentido. Y ese es el problema que veo en la emergencia de estas nuevas "religiones". creo que muy pocos son los que atisban que el problema no tiene soluciones colectivas, ni se resolverá apuntándose a una comuna o a un cursillo de fin de semana, La gente busca seguridades, certezas, alguien a quien imitar, alguien que nos diga qué hacer, como calzarse y qué comer, si debemos o no fumar y qué hay que fumar como mecanismo de abreacción espiritual. La gente no entiende que estamos solos, que nacemos y morimos solos y que cualquier tránsito es en solitario, que no hay alternativas salvo la de discriminar lo verdadero de lo falso: un discernimiento nada fácil porque la verdad casi siempre aparece disfrazada con el ropaje de la ficción. Evidentemente podemos ejercer cambios en nuestra forma de ver las cosas pero que esos cambios se consiguen aumentando la discriminación y no tanto ejerciendo algún tipo de ritual que lo propicie, aunque es verdad que determinados rituales favorecen un tipo de atención más que otros. Tampoco estoy en contra del ritual, de la liturgia, solo estoy en contra de las religiones organizadas, en contra de las creencias colectivas y como no del integrismo. También desprecio intelectualmente los rituales entronizados como idolos, aunque sé perfectamente el poder de fascinación que los rituales ejercen en muchas personas.

La gente tampoco entiende que no es necesario "entrar en religión", ningún compromiso más allá de con uno mismo para adiestrarse espiritualmente, que no es necesario el ayuno, ni la purga, ni olvidarse de la carne para adquirir una dimensión espiritual. Que no es necesario renunciar al bienestar acumulado a través de todo este tiempo ni renegar de la ciencia que es a fin de cuentas a quien debemos este bienestar. Este es un hecho sin discusión.

Las carreteras y el agua caliente deben ser compatibles con la dimensión espiritual. ¡Hagámoslo posible!

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