Está el sujeto (S), toda persona es un sujeto pero a la vez que es sujeto en si, es objeto (A=autre) para otro sujeto, de modo que podemos decir que cuando dos personas se vinculan de un modo u otro sucede –se escenifica- la división ($). Uno es a la vez sujeto y a la vez objeto, es el mismo fenómeno que sucede cuando hablamos. Cuando hablamos somos sujetos en tanto que decimos algo y somos objeto en tanto que nos oímos a nosotros mismos o nos oye el otro. Ese vinculo con otros nos divide y por eso algunas personas no se relacionan con nadie o quedan mutistas o tienen miedo escénico: tienen miedo a esa fragmentación que inevitablemente sucede con la relación con el otro. De manera que una persona puede ser:
- Sujeto
- Objeto
Pero ahí no acaba el asunto porque no solamente somos sujetos u objetos, porque no transcurrimos tan sólo en el mundo de lo simbólico, existen otras posibilidades que tienen que ver con la fantasía inconsciente o como llamaba Lacan, lo imaginario. Podemos ser un Yo (o pequeño a), es decir un sujeto preconceptual, presimbolico, un niño por así decir, un resto de la omnipotencia infantil, una especie de bebé que explicíta sus deseos y que busca cumplimiento por afuera de las leyes que gobiernan lo simbólico y que lo encuentra a través de su fantasma a´ que es el que completa su deseo.
Hay que añadir pues estas dos opciones o posiciones:
- a
- a´
Ahora bien, este registro imaginario (el de la fantasía) es muy importante en la vida de los humanos porque complementa a lo simbólico que es un registro por así decir muy duro de roer y que no contempla para nada la posibilidad de goce más allá de lo estrictamente establecido por las leyes que rigen en el placer. El registro imaginario es el registro de las ideas, del arte, de la creación y de todo aquello que va más allá de lo sensato, para lo imaginario todo es posible, no cumple las leyes de la gravedad, ni la de los sólidos, es un mundo como el de la fantasía infantil, un mundo de Alicia y el país de las maravillas. Nada en él es sensato puesto que siempre va en la misma dirección del principio del placer y no contiene contradicción, es como si la evolución hubiera completado su tarea diciendo: “al hombre le falta esto para cuando le falle aquello”.
Como puede observarse a través del esquema en L, a (Yo) y a´ tienen una relación muy fácil, mientras que el sujeto y el objeto mantienen una relación laberíntica siempre a través de ese a´ que es la encrucijada sobre la que gira este cuadrúpedo. Como puede observarse además el Yo y el sujeto también se relacionan entre si a través de un fantasma virtual, eso que algunos llaman la imagen corporal que no es sino la ilusión de ser que tiene el Yo, lo mismo sucede el objeto A y el fantasma sólo pueden establecer relación a través del Yo que es donde residen las defensas.
En lo imaginario (a a´) se cumplen las misma leyes de lo virtual, nada es real, sino fantasmagórico, parcial y repetitivo, compulsivo diríamos hoy, ningún deseo tiene fin y ninguna demanda que se realice en lo imaginario termina nunca de satisfacerse. Ahí es donde se dirimen las grandes tragedias y las grandes creaciones del hombre, porque es precisamente ahí donde se encasquillan los sujetos debido a la omnipotencia de los fantasmas, cualquier cosa puede ser cierta en ese lugar y además por otra razón: la pulsión es parcial pero además lleva en sí un germen de muerte, de eternidad. ¿Por qué? Pues porque solo lo parcial lleva adosado ese precio, nada allí es sosegado y práctico, con medida, como nada en lo simbólico recuerda o impulsa hacia la destrucción, pero si en lo imaginario en tanto que todo placer llevado a su ultimo extremo da como resultado la muerte. Así un placer parcial x lleva siempre adosado un coste, un peaje tanático, pienso ahora en el goce de fumar por ejemplo. Y ahí es donde suele desembocar todo aquello imaginario que es al mismo tiempo inconsciente es decir que el individuo no sabe que existe, bien porque está reprimido o bien porque ha sido transformado en derivados, casi siempre síntomas psíquicos.
De estas transformaciones sólo hay una que es por así decir útil, una defensa buena: se trata de la sublimación, es decir de la transformación de un contenido reprimido en algo valioso, útil o creativo, pero la sublimación no es un mecanismo democrático, no todos pueden utilizarlo por falta de talento y por eso la mayor parte de la gente no sublima sino que sufre por su goce secreto (el neurótico sufre por lo que el perverso hace, dijo Freud). Más aun en un mundo como el nuestro - prisionero de las imágenes que han sustituido al imaginario particular de cada cual- al tiempo que exigen cada vez mas recursos sublimatorios a las personas comunes, recursos de los que no disponen.
Del mismo modo que hay defensas útiles y buenas también hay pulsiones buenas: son aquellas que no llevan demasiada muerte cosida en la piel y que además se descargan en la zona erógena correspondiente.
¿Qué es esto de la zona erógena?
Pues ahora tenemos que volver a los orificios.
Los orificios son como ojales que tienen como función la de coser o abotonar los desgarros que en lo simbólico han sucedido a lo largo de la vida del sujeto (ver la foto del otro dia, vagina cosida o aun “piercings”).
Para que un saco con desgarros pueda ser transportado se pueden hacer dos cosas:
Para que un saco con desgarros pueda ser transportado se pueden hacer dos cosas:
- O bien lo suturamos
- O bien lo atamos con algo que contenga el desgarro.
Lo mas común son las suturas, es decir esos broches que componemos a través de las pulsiones parciales y la aguja y el hilo. Así observa la función de los orificios:
- Ojos, pulsión parcial, ver, se trata de una pulsión muy potente y muy relacionada con el conocimiento, leer, saber, conocer, escrutar. Su perversión es el voyeurismo
- Oidos, pulsión parcial, oir, unida al conocimiento del otro y a las demandas del otro,
- Nariz, pulsión parcial olfato de muy poca importancia en los humanos
- Boca, pulsión parcial gusto, comer, morder, devorar, hablar, cantar, muy importante en los humanos.
- Ano, pulsión parcial destrucción, Pulsiones sadicoanales, romper, dividir, fragmentar, destruir o matar.
- Uretra, parecidas a las del ano, expulsivas y a la vez competitivas, se clasifican como fálicas pues se consideran unidas a las del pene, penetrar, poseer, dominar, etc.
- Vagina, puede ser boca y contener pulsiones orales, devorar junto con pulsiones fálicas similares a las del hombre, contener un pene es una forma de adquirir un pene. Puede ser negada y no existir.
En conclusión, una pulsión parcial para que resulte inocua desde el punto de vista mental tiene que tener las siguientes propiedades:
- No debe ser demasiado extensa, es decir la sutura no debe ser más grande que el propio saco de lo contrario la sutura no cumple su función.
- La pulsión no debe ser del todo inconsciente desde donde es absolutamente inmanejable, el individuo debe haber tomado contacto con ella y llegar a “pactos de caballeros”
- La pulsión debe satisfacerse en el orificio correspondiente. Por ejemplo una pulsión destructiva no puede satisfacerse en la actividad fálica. Si se hace creará síntomas sean neuróticos o perversos.
- La pulsión tiene que ser racionalizada, es decir inscrita en algún lugar de lo simbólico. Por ejemplo un homosexual estará mas sano si acepta su homosexualidad que si lucha con ella y para que la acepte deberá encontrar un lugar donde ubicarse usualmente entre otros homosexuales. El código gay es por ejemplo una forma de inscribirse en lo simbólico a través de un neocódigo imaginario.
Y por último toda pulsión parcial puede reducirse a una palabra (Falo) es decir el significante de la Falta, de lo que nos falta para la completud y que tratamos de alcanzar en lo imaginario a través del deseo.
Ser es pues ser sexuado, ser a través de otro y ser es estar en falta, estar dividido, carecer de algo y darlo a través del amor. Ese es el ser conceptual a través de las 4 personas del verbo.
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