lunes, 30 de abril de 2007

El poder de simular

Mirando el-los telediarios a uno le invade una sensación de estúpida irrealidad aun viendo tragedias lejanas que incluso resultan tan risibles como las parodias o las malas comedias y andaba preguntándome por qué, hasta que me encontré con este texto de Baudrillard. Se trata de una estrategia del Poder para simular que es Poder y seguir siéndolo aun y cuando sabemos que el Poder como la Verdad no existe en parte alguna y que es inútil buscarlo.

Dice Baudrillard en "Simulación y simulacros":


La abstracción hoy no es ya la del mapa, el doble, el espejo o el concepto. La simulación no es ya la de un territorio, una existencia referencial o una sustancia. Se trata de la generación de modelos de algo real que no tiene origen ni realidad: un "hiperreal". El territorio ya no precede al mapa, ni lo sobrevive. De aquí en adelante, es el mapa el que precede al territorio, es el mapa el que engendra el territorio

Pero ya no es cuestión que se decida entre mapas y territorio. Algo ha desaparecido: la diferencia soberana entre ellos que era el encanto de la abstracción. Ya que es la diferencia lo que forma la poesía del mapa y el encanto del territorio, la magia del concepto y el encanto de lo real. [...]. Lo real se produce a partir de unidades miniaturizadas, de matrices, bancos de memoria y modelos de comandos y con estos puede reproducirse un número indefinido de veces. Ya no tiene que ser racional, puesto que ya no se mide respecto a algún ideal o instancia negativa. No es más que práctico, operacional.

Del mismo orden que la imposibilidad de redescubrir un nivel absoluto de lo real, es la imposibilidad de representar una ilusión. La ilusión ya no es posible, dado que lo real tampoco es ya posible. Es el problema político completo de la parodia, de la hipersimulación o de la simulación ofensiva, el que se plantea aquí.

Por ejemplo: sería interesante ver si el aparato represivo no reaccionaría más violentamente ante una toma de rehenes simulada que ante una real. Al fin y al cabo, la real sólo cambia el orden de las cosas, el derecho a la propiedad, mientras que la simulada interfiere con el mismo principio de realidad. La transgresión y la violencia son menos dañinos, puesto que sólo desafían la distribución de lo real. La simulación (la idea o abstracción) es infinitamente más dañina, puesto que siempre está sugiriendo que la ley y el orden en sí mismos podían realmente no ser más que una simulación.

Organiza una toma falsa de rehenes. Asegúrate de que tus armas no pueden causar daño alguno, y toma a rehenes de tu mayor confianza de modo que ninguna vida esté en peligro (de otro modo te arriesgas a cometer un delito). Pide una recompensa, y arréglalo de modo que la operación pueda llegar a grear la mayor conmoción posible - en resumen, permanece cerca de la "verdad", para probar la reacción del aparato a una simulación perfecta. Pero aun así no tendrás éxito: la red de signos artificiales serán irremediablemente mezclados con elementos de lo real (un oficial de policía realmente disparará al tenerte a tiro; un cliente del banco se desmayará y morirá de un ataque al corazón; realmente te pondrán recompensa) - en resumen, te encontrarás sin remedio inmediatamente en lo real, una de cuyas funciones es precisamente devorar cualquier intento de simulación, para reducirlo todo a un poco de realidad - lo cual es exactamente todo lo que es el orden establecido, mucho antes de que las instituciones y la justicia tomen parte y jueguen su papel.

Así, todas las tomas de rehenes y cosas asi son ahora como si fueran tomas de rehenes simuladas, en el sentido de que están inscritas de antemano en los rituales de orquestación y decodificación de los medios, anticipados en su forma de presentación y consecuencias posibles. En resumen, su función es la de un grupo de símbolos dedicados exclusivamente a su recurrencia como signos, y ya no más hacia su "verdadero" objetivo en absoluto. Pero esto no los hace inofensivos. Al contrario, equivale a eventos hiperreales, deprivados de todo contenido u objetivos particulares, pero refractados indefinidamente el uno por el otro, de modo que son inverificables por un orden que sólo puede moverse en lo real y lo racional, en los fines y medios. Un orden referencial que sólo puede dominar a los propios referenciales, una forma de poder específico que sólo puede dominar un mundo específico, pero que no puede hacer nada ante la recurrencia s in fin de la simulación, sobre esa bruma sin peso que ya no obedece la ley de la gravitación de lo real: el poder en sí mismo desgajándose en este espacio y convirtiéndose en una simulación de poder, desconectado de sus objetivos, y dedicado a la simulación en masa.

Noticia de hoy: Zapatero asegura que ningún partido que no cumpla la ley de partidos se presentara a las elecciones.

Todo lo cual nos lleva a predecir que si, que algunos que no cumplen la ley de partidos se presentara a las elecciones. No hay mayor parodia que la politica.

sábado, 28 de abril de 2007

El espiritu de la paella

La paella no se guisa, ni se cuece, se oficia desde la tierra hasta el aire, desde lo telúrico hasta el éter. Un oficio que consta de cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua y son los que describo a continuación:

Materia es tierra, y asi llamo tanto a la materia inerte, paellón y fogones, como a la materia comestible, a saber: pollo, conejo, arroz, judias, y bajocons (palabra intraducible al castellano). La paella no admite, al contrario de lo que creen los catalanes ni guisantes, ni sepia, mejillones o costilla de cerdo que ensucia el cuarto elemento hasta la saciedad o sea el agua. En cambio admite alcachofas, caracoles y diversas especias, pimienta y acaso romero.

En primer lugar hay que nivelar el fogón y hacerse con un cuartillo de leña de naranjo, luego se pone el aceite haciendo que ocupe el centro del paellón y observar con esta intrusión si el paellón está o no bien nivelado, una vez hecha esta comprobación sagrada, sofreir.

Póngase el tomate picado, la pimienta y la carne troceada y salada, entiendase bien que la paella solo admite pollo y conejo, dórese y cuando esté la carne dorada introduzcase la verdura, judias y alcachofas ( si es invierno) a fin de que vayan dorándose con la carne entendiendo bien que la alcachofa precisará siempre más cocción que las judias, lo mismo sucede con "els bajocons", duros por su celulosica naturaleza. Una vez dorada la carne el héroe escampa inundando todo el paellón con agua. Aqui termina la primera parte del viaje del heroe paellero valensiano.

Nótese que en este intervalo el paellero toma cerveza y consume el higado del pollo que previamente ha puesto en el sofrito, no se trata de gula sino de una recompensa al esfuerzo realizado, sosténgase el higado con el indice y el pulgar, elévese hacia el cielo y después traguese si es posible mascullando un juramento, un buen trago de cerveza y mientras tanto la ley de la ebullción del agua sigue imponiendo su necesidad.

Es una buen praxis de un buen paellero guardar ciertos vasos de agua (ahora hecha caldo), uno o dos por si acaso después se precisaran, asi el paellero, hace al cabo de un buen rato (más que menos) un tastet, es decir prueba como está la cosa de sal. Aqui existen varias versiones, los que dicen "que qui guisa salat guisa per al gat" o los que opinan que la paella "deu estar sentideta". Lo usual es que se ceda un poco a la comercialidad del asunto y no se apriete demasiado el gusto salado de acuerdo con una versión estadistica que impone como siempre austeridad.

A continuación es necesario una disquisisción acerca del agua. Notese que en todo momento el autor está hablando de aguas valencianas, no sirven aguas madrileñas, ni por supuesto aguas catalanas (las peores), francesas o inglesas (imposibles). Existe un consenso de opinión en torno a la idea de que las aguas inglesas son las que peor se adaptan a la paella, de manera que si alguno de mis lectores habitara en aquellas gélidas islas, deberá apropiarse de garrafas de agua valensiana que tiene la dureza necesaria para que la presión osmótica del arroz sometido a cocción rompa en su debido momento, las aguas demasiado blandas no hacen sino empastrar el resultado de la paella y con ello rompen la magia de la celebración, arruinando más de un ritual.

Una vez pasado el tiempo suficiente para que toda la carne quede bien hervida junto a la verdura viene por fin la ultima operación, la hora de la verdad paellera que es el punto de no retorno (the point of no return) : la adición del arroz, ¿como saber la cantidad necesaria? hágase un "caballonet" (palabra de imposible traducción) de arroz de manera que sobresalga por encima del agua de asa a asa y luego trazese una cruz. Si el paellero puede observar esta cruz formada en la superficie del agua podemos decir que hemos logrado la dosis justa y a ojo del arroz. Una vez comprobada la cruz entonces extiéndase el arroz por todo el paellón y nivelese para una mejor presentación.

Ahora dosifíquese bien el fuego de modo y manera que el agua tarde unos 15-20 minutos en evaporarse. Por eso el paellero perfecto ha guardado antes uno o dos vasos de caldo, por si fuera necesario añadir más caldo a última hora (in extremis) si la fuerza del fuego asi lo aconsejare o bien otros elementos ambientales como el viento o la sequedad de la leña que casi nunca tiene la misma potencia calorifica.

Cuando haya desaparecido el agua casi por completo se apaga el fuego y se añaden -segun gusto- las especias silvestres que previamente se recogieron en el bosque, me refiero al romero, una ramita que se guardó para este final apocaliptico. La ramita se deposita encima de la materia esperando un par de minutos a que derrame su aceite esencial sobre la amarilla "matter custard", tal y como John lennon adivirtiera en "I am the walrus", donde diversos estudios recientes apuntan a que realmente estaba hablando de la paella valenciana..

A continuación se retira el paellón del fuego cuyos rescoldos sirvieron para prolongar la agonia de las ultimas gotas de agua que se resistieron a desaparecer, entonces cúbrase con un periodico del dia, "el Mundo" se adapta mejor que "el Pais" a este menester, segun todos los expertos consultados. Entonces se pone la mesa, mientras la paella se enfría. Nótese que una paella debe reposar unos 10 minutos antes de consumirse, porque como todas las cosas de la vida precisa un tiempo de meditación en sí misma, concentración y cambio de fase. Entonces póngase en medio de la mesa, cada comensal dispondrá de un plato donde consumir las cujas del pollo o los trozos del conejo que le toquen en suerte, pero antes de nada regará abundantemente con limón la parte del paellón que le toque delante. Las asas deben situarse en lugares distantes de los niños para que no se ensucien. Consúmase con cuchara de madera y si esto no fuera posible de alpaca pero nunca con tenedor. Riégese con vino cosechero (no hace falta que sea valensiano), pero deberá rechazarse siempre el vino catalán por razones politicas.

Atención preferente precisará el "socarraet"- palabra iniciática paellera- hecho a gusto del paellero ponente aprovechando explosiones anteriores de las vetas de la leña y que conviene saber que habrá siempre lugares del paellón con más "socarraet" que otras; escárbese con la cuchara para hallar aquellas zonas ricas en "socarraet" y consúmase.

Para después es bueno disponer de palillos para sacarse las mollas del pollo o conejo de los dientes antes de pasar a los postres.

Si, definitivamente hay un karma valenciano que se llama paella.

martes, 24 de abril de 2007

¿Alma o Dios?


Personalmente creo que es absolutamente compatible un desarrollo o progreso como el que entendemos en occidente y una espiritualidad plena como la que entienden en Oriente o incluso como la entienden algunas personas occidentales. El problema está en la confusión entre el principio espiritual: el alma y su supuesta procedencia, Dios. En esa batalla van ganando los dioses y más desde que el alma ya no se llama alma sino mente, subconsciente o psiqué. Los laicos tenemos que recuperar el concepto del alma pues es el único concepto, el unico "meme" que puede oponerse a la creencia en Dios y por tanto la unica idea que puede resultar ser ecuménica, es decir integradora.

El problema es pues el aspecto religioso que existe detrás de la palabra Dios, el problema está en la creencia que es el germén de la intolerancia, de la razón alcanzada quién sabe si a través de la revelación, una anti-razón por así decir y por tanto la que genera la herejía y da lugar a las persecuciones de los iniciados contra los apóstatas. El problema es la creencia religiosa, el aspecto idolátrico de todo este tinglado. Porque la gente de lo que tiene necesidad -más bien asi se modeló su mente- es de un Otro al que seguir, al que adorar, esa pulsión es tan fuerte y tiene tanta tradición, está tan enclavada en el fondo de la memoria colectiva que una religión sin apóstoles, sacerdotes, escenografia, gurus, santos, imágenes, preceptos o lugares sagrados no tendría seguidores. Y la religión es incompatible con el progreso, eso parece demostrado. Hasta las religiones sin Dios como el budismo tienen un cierto tufillo idolátrico, ellos adoran creo a un Buda viviente que además es intercambiable con lo que resuelven de una vez por todas el problema del Mesias, del Salvador, del Esperado, ellos nombran uno cada vez que lo precisan y asunto liquidado. Yo tengo muy poco respeto por las religiones y mucho por las necesidades espirituales de los individuos, Porque creo además que no son la misma cosa aunque tienden a confundirse. Creer en Dios es un asunto bastante diferente a sentirse parte de un Todo, o a sentir que uno es parte de algo supraindividual, incluso a creer que el alma, la Psiqué, o lo que sea es algo eterno. Yo creo que de haber alguna sustancia eterna no seria Dios sino otra cosa, probablemente algo mas cercano de lo que creemos a nosotros mismos.

Es evidente que los dioses han pactado mantener a la Humanidad en una cierta privación, es evidente que los dioses precisan de una casta de iniciados y es evidente también que esas castas han mantenido ocultas las herramientas necesarias para hacer progresar a la humanidad. No cabe ninguna duda de que la religión es y ha sido históricamente enemiga de la ciencia, enemiga del progreso y enemiga de la vía esotérica, aquella que buscaba el ser humano individual a solas, sin la mediación de otros. Freud en el "Porvenir de una ilusión" ya hizo mención a esta pulsión gregaria del hombre que busca a un otro al que adorar.

A mi me parece que este surgimiento de eso que llamamos "new age" lleva muy mala pinta: tenemos a Leonardo Boff haciendo mítines y mezclando churras con merinas, tradiciones animistas con el cristianismo, el calentamiento global (un problema político) con la alimentación integral (una forma de agricultura carísima y que no resolverá el problema del hambre). Vuelven liturgias oscurantistas y se propugna el uso de drogas como método de alteración de la conciencia, viajes al Perú en busca de "no se qué" que aquí no sabe encontrarse, y en fin por no hacerlo muy largo que me parece todo muy superficial, una mezcla sin sentido. Y ese es el problema que veo en la emergencia de estas nuevas "religiones". creo que muy pocos son los que atisban que el problema no tiene soluciones colectivas, ni se resolverá apuntándose a una comuna o a un cursillo de fin de semana, La gente busca seguridades, certezas, alguien a quien imitar, alguien que nos diga qué hacer, como calzarse y qué comer, si debemos o no fumar y qué hay que fumar como mecanismo de abreacción espiritual. La gente no entiende que estamos solos, que nacemos y morimos solos y que cualquier tránsito es en solitario, que no hay alternativas salvo la de discriminar lo verdadero de lo falso: un discernimiento nada fácil porque la verdad casi siempre aparece disfrazada con el ropaje de la ficción. Evidentemente podemos ejercer cambios en nuestra forma de ver las cosas pero que esos cambios se consiguen aumentando la discriminación y no tanto ejerciendo algún tipo de ritual que lo propicie, aunque es verdad que determinados rituales favorecen un tipo de atención más que otros. Tampoco estoy en contra del ritual, de la liturgia, solo estoy en contra de las religiones organizadas, en contra de las creencias colectivas y como no del integrismo. También desprecio intelectualmente los rituales entronizados como idolos, aunque sé perfectamente el poder de fascinación que los rituales ejercen en muchas personas.

La gente tampoco entiende que no es necesario "entrar en religión", ningún compromiso más allá de con uno mismo para adiestrarse espiritualmente, que no es necesario el ayuno, ni la purga, ni olvidarse de la carne para adquirir una dimensión espiritual. Que no es necesario renunciar al bienestar acumulado a través de todo este tiempo ni renegar de la ciencia que es a fin de cuentas a quien debemos este bienestar. Este es un hecho sin discusión.

Las carreteras y el agua caliente deben ser compatibles con la dimensión espiritual. ¡Hagámoslo posible!

domingo, 22 de abril de 2007

El arquetipo del arquero


La perfección se consigue cuando el arquero, el arco, la flecha y la diana se funden unos con otros y entonces es cuando el arquero sin esfuerzo tensa el arco y "aquello que es" apunta y acierta en su objetivo.
Los mitos de Sagitario, Quirón, Eros y Jupiter se encuentran atravesados por este arquetipo del arquero, de lo que se trata es "saber lo que se lleva entre manos", aprender a sostener el arco es el aprendizaje místico, acertar en la diana es una anécdota.
No pensar es la opción.

sábado, 21 de abril de 2007

Edipo y Parsifal: en busca del principio masculino

Probablemente el mito de Edipo sea el más conocido de la mitología griega y parte de esa fama se deba a que Freud le tomó como piedra angular de su teoría de la líbido. Para Freud, el niño pasaba por una fase que llamó "complejo de Edipo" donde real y fácticamente deseaba poseer a su madre y albergaba deseos de asesinar a su padre, razón por la que se sentía en peligro de castración. Es decir, el niño desarrollaba en esta etapa un miedo-deseo de ser como el padre para poder así poseer a la madre, un miedo-deseo que implicaba fuertes componentes de agresión y sexuales, que se saldaba con la identificación con el padre y la renuncia a la madre. En realidad, mi primera crítica a esta idea está relacionada con una lectura inexacta del mito: lo que sucede en el mito de Edipo nada tiene que ver con lo que Freud especula. En primer lugar, es Layo, el padre de Edipo, el que se deshace de su hijo cuando es advertido por el oráculo con la predicción de que su hijo le dará muerte. En segundo lugar, Edipo, alcanzada la madurez, abandona la casa de sus padres adoptivos y asesina en un cruce de caminos a Layo, sin saber que está dando muerte a su padre verdadero al que sigue sin conocer. En tercer lugar, cuando entra triunfante en Tebas después de haber dado muerte a la Esfinge y se casa con Yocasta, no sabe que es su madre. Cuesta entender por qué Freud utilizó el mito de Edipo para ilustrar lo que según él acaecía en el interior de un infante desde los 4 a los 8 años. Más relevante o comprensible me parece si hubiera echado mano del mito de Cronos y Zeus: efectivamente en este mito es Zeus el hijo el que da muerte y castra a su padre Cronos con la ayuda de su madre Rea. Creo que esta historia se ajusta mejor a la intención de Freud de dar a entender que los niños pasan por una fase donde se dan cita en ellos este tipo de anhelos y afectos divididos.

El mito de Edipo señala en una primera lectura en otra dirección un poco más sutil: en primer lugar Edipo es un huérfano que ha sido abandonado a su suerte por su padre –temeroso de que le asesine según la predicción del oráculo– y que se educa en casa de Pólibo creyendo que es hijo suyo en unas versiones, y a sabiendas de que no es su padre verdadero en otras. Sin embargo, lo cierto es que Edipo al llegar a la adolescencia, como todos los héroes griegos, parte en busca de aventuras. Esta salida del hogar es interpretada por autores diversos como una búsqueda del principio paterno. Del mismo modo Parsifal, que sabe que es huérfano de padre y vive con su madre, también parte en busca del Grial en un periplo similar. Lo hace Teseo, y Perseo, Heraclés y Orestes, Jasón y Ulises, el héroe siempre sale, vuelve, da vueltas perdido, combate monstruos, acaba con una plaga o pone fin a una maldición; su misión es siempre la redención de algo que ha sido maldito por el pecado de alguien anterior. Los héroes del mito o de la leyenda parten siempre abandonando a sus madres, hermanas o padres adoptivos en busca de algo que al parecer no pueden encontrar permaneciendo en su hogar, pero añaden una novedad respecto a las aventuras de sus predecesores: en estos dos casos (Edipo o Parsifal) no hay aventuras bélicas, ni lucha contra el monstruo a brazo partido, ni fuerza bruta como método para enfrentarse a la desgracia, sino preguntas, conocimiento y sabiduría. Así, la Esfinge sólo puede ser vencida si el héroe resuelve los dilemas que le plantea y Parsifal sólo podrá acceder al Grial si hace la pregunta correcta al anciano guardián del castillo.


Al librar Edipo del monstruo a los tebanos, éstos le demostraron su favor y es cuando Edipo desposa a Yocasta, la viuda de Layo, al que el propio Edipo ha dado muerte en un enfrentamiento anterior a su encuentro con la Esfinge. Con Yocasta tiene una hija famosa: Antígona, una heroína a la que Sófocles eternizó en una de sus tragedias. Sucede entonces que se declara una peste en Tebas y, consultados los oráculos, predicen que la peste no cesará hasta que se encuentre al asesino de Layo. Edipo interroga al sabio Tiresias después de lanzar una maldición sobre su asesino (sin saber que está derramando su maldición sobre su propia cabeza). Tiresias, que por su condición de "ver más allá y más profundamente" conoce todo el drama, aunque trata de disimular sus conocimientos no puede evitar que Edipo comience a relacionar la manera en que murió Layo con su propio incidente en el camino. Comienza dudando sobre si él será el responsable del crimen, pero poco a poco van apareciendo las pruebas de que no es hijo de Pólibo sino de Layo. Edipo es culpable del parricidio y del incesto con Yocasta y, una vez desvelada la verdad, ella se precipita desde una almena de su palacio y él se perfora los ojos con una aguja quedando ciego.


Después Edipo es desterrado de la ciudad y comienza una existencia errante. Lo acompaña Antígona, su hija, porque sus otros hijos – Eteocles y Polinices– no han intervenido en su favor y él les ha maldecido. En este errar llega hasta el Atica, donde permanecerá hasta la muerte gozando de la bendición de los dioses.

El mito de Edipo parece orientarse y señalar más bien a un tipo de conocimiento que se inicia con dudas pero que puede alcanzarse plenamente a través de la razón; al fin y al cabo Edipo llega a la conclusión acertada aún a sabiendas de que no es lo más conveniente para él. Una vez alcanzado ese conocimiento que es la verdad histórica, los ojos ya no sirven para contemplar la realidad, más bien son un obstáculo para la visión interior: quedarse ciego no es sólo el castigo por haber pecado o transgredido una ley divina sino también un recurso para resaltar la visión interior y buscar dentro, a través de la introspección, lo que no se halló fuera. El otro ciego conocido de la mitología, Tiresias, había sido cegado por contemplar desnuda a la diosa Atenea –una transgresión intolerable en la mentalidad griega– , pero esta ceguera, más que un problema, parece que se encuentra en la base de sus habilidades adivinatorias. También en el caso de Tiresias parece que el haber sido mujer y hombre en dos secuencias de su vida añade a su conocimiento de la naturaleza humana una cualidad esencial.


En realidad el mito de Edipo alumbra la búsqueda del padre o, más bien, del principio paterno que, una vez descubierto, es para contemplar que en él se perpetró (como resultado simétrico de un crimen anterior) un asesinato ritual, el crimen sobre el que se funda precisamente la individualidad, pues algo viejo debe morir para que algo nuevo fructifique. Otra vez aparece el estribillo sacrificio-muerte-redención. Al mismo tiempo señala que en las familias existe una sustancia común, una herencia psíquica que sólo puede superarse a través de la transformación individual: la que realiza Edipo a través de su búsqueda de la verdad y la asunción de esta verdad como culpa de su estirpe.


Superar o vencer simbólicamente al padre es la tarea del héroe, pero, más que eso, la tarea del héroe es transformar a través de la visión interior en qué consistió la culpa de su linaje; en esta tarea el padre real carece de importancia porque Edipo y Parsifal están luchando contra el arquetipo paterno, algo que realizan precisamente por su condición de huérfanos: tanto Edipo como Pasifal carecen de la oportunidad de confrontarse con un padre real al que desconocen. Por otra parte, parece como si la presencia de las mujeres disminuyera o pusiera en peligro las aspiraciones masculinas del héroe; permanecer con la madre no es una opción para los héroes de la tragedia, que parecen estar diciendo que sin alejamiento de los arquetipos femeninos, aún siendo seguros y cómodos, no hay acceso a la masculinidad, algo que se encontraba en la mentalidad griega y que entronca con la prescripción saludable de las prácticas homosexuales en aquella sociedad y que en realidad tiene mucho que ver con la misoginia y el estatuto secundario de la mujer en la sociedad griega. Al mismo tiempo, parece señalar también que en esa tarea de alejamiento pueden cometerse muchos errores, y que el principio masculino, en cualquier caso, tarda mucho tiempo en encontrarse, no antes de la segunda mitad de la vida. Muchos son los obstáculos que se oponen a esa tarea; la primera es la imprudencia del joven que le hace susceptible a encontrarse con muchas oportunidades para perder la vida o arrebatársela a otros (recordemos el trágico encuentro en el camino entre Layo y Edipo o entre Parsifal y el caballero Rojo, dos muertos en realidad gratuitos que hablan de la impulsividad de la juventud, uno de los enemigos en la adquisición del conocimiento). Otro obstáculo es el sexo: ¿cómo acceder a un conocimiento abstracto de tal complejidad si se está disfrutando de los placeres de la carne? ¿Por qué Ulises no puede abandonar a Circe o a Nausicaa por sus propios medios? ¿Por qué no puede llevar a cabo su propósito de seguir camino hacia Itaca? Ulises tiene la suerte de contar con la ayuda inestimable de Hermes, quien le proporciona las claves para eludir los abrazos posesivos de estas diosas amantes. En el caso de Parsifal la tarea tendrá que ser acometida en dos ocasiones distintas: durante su juventud, y a pesar de haber llegado al castillo y haber reconocido al guardián del Grial, es incapaz de hacer la pregunta correcta; en la segunda ocasión, Parsifal opta por la castidad como método de no implicarse en lo humano, y es entonces y sólo entonces cuando consigue hacer la pregunta que desvela la ubicación del Grial.

Edipo y Parsifal sólo parecen encontrar lo que buscaban después de múltiples peripecias personales, sufrimientos y desgarros; al llegar a la ancianidad es cuando parecen recobrar la paz y son a la vez reconocidos sus méritos por los dioses, un mérito que tiene que ver con el hallazgo de algo por medio de la razón.


En definitiva, un ciego no es más que aquél que vio lo que todos han visto pero piensa al fin lo que nadie pensó.

jueves, 19 de abril de 2007

Vínculos de cuerda (el beso y el nudo)

Cuando un niño viene al mundo no cae en el vacío, lo hace sobre un tejido sensorial compuesto por una historia, una historia de amor que tejieron su padre y su madre con varias historias sobreañadidas de los personajes centrales en la urdimbre de ese envoltorio: las relaciones tejidas entre su madre y su abuela, de una enorme importancia, y todas las combinaciones posibles entre los personajes del drama componen los mimbres de esa cesta. Es interesante señalar ahora que esa cesta ya fue señalada por Parmenides, con el nombre de “vinculos de cuerda” que al parecer de Parmenides sostenía en su manos la poderosa Ananké (Calasso, 2006). El vinculo para Parmenides es siempre esencial, una necesidad, lo realmente curioso es la etimologia de esta palabra griega: Ananké significa “constricción” y tambien “parentela” lo que señala en la dirección de que una traducción correcta de esta palabra sería algo asi como el “abrazo engañador” o bien “engañadora necesidad”, Ananké sostiene una red, un nudo que nadie sabe desatar y que solo puede sortearse, como hizo Alejandro para deshacer el nudo gordiano tal y como señala Calasso. La intuición de que el apego era un nudo, que era necesario y que muchas veces es un señuelo está pues documentada desde la antigüedad y se opone a las leyes del amor que sostiene Eros a través de los besos, el beso y el nudo son lo que rodea a lo viviente, Ananké y Eros son pues dos deidades sin rostro, sin culto y sin estatuas, una, la Necesidad es demasiado abstracta y Eros demasiado concreto, lo que les condena a una enemistad perpetua. Siendo ambos como son principios primordiales que contrastan con la feliz despreocupación de los dioses olimpicos y que de alguna manera nos recuerda que los tejidos del mimbre de esa cesta que sostiene al recien nacido son a partes iguales tanto el amor como la necesidad.

A ningun niño se le pide permiso para nacer pero es seguro que si esto fuera posible muchos de ellos reponderian, "no gracias". Algunos de ellos lo hacen de una forma indirecta, porque el Yo del niño debe emerger desde alguna instancia indiferenciada relacionada con el Ello, es decir desde lo instintivo o necesario. Es seguro que el Yo emerge después de que algo en el inconsciente se fragmente, se rompa o explosione; nacer en este sentido yoico es una especie de Big-bang mental, una conmoción expansiva de la mente y que no siempre se produce del todo porque el niño puede negarse a desarrollar un Yo –sorteando la necesidad de nacer y de vincularse– o, si ya ha iniciado su despliegue, puede optar por regresar a un estadio anterior, a un colapso o repliegue protector después de haber sufrido un choque o trauma tan aterrador en la realidad que "decida" no nacer como narrativa individual, eso es lo que algunos autores como Bettelheim suponen que les sucede a algunos niños con autismo.

Cuesta llegar a comprender qué cosa puede llegar a provocar en un niño un terror tan elemental que suponga la causa de ese repliegue, pero hoy sabemos que el desarrollo del Yo sigue las guias que proporciona el apego, y que el apego es una defensa contra un terror primordial, sin forma. Dicho de otra manera: si los niños se apegan a sus figuras protectoras no es por amor sino por el miedo secundario a su indefensión y a su ausencia de capacidad de abstracción para comprender las amenazas del medio ambiente o de las que proceden de su medio interno, y al mismo tiempo ese apego en sí mismo (abrazo engañador) puede causar más miedo que el propio terror primordial, y depende de dos cosas: una es el tejido sensorial que le recibe una vez nacido, y otra es la vulnerabilidad de ese niño a sentirse aterrorizado, un argumento que nos permite no hacer especulaciones acerca del tejido sensorial que lo sostiene cuyos deficits –de existir– son a veces indemostrables por sutiles.

Si descontamos a los niños procedentes de orfanatos, víctimas de una guerra o situaciones de catástrofe de similar naturaleza, es imposible imaginar a un niño, al menos en nuestro entorno, que carezca de una madre sustituta motivada para tejer con él ese vínculo necesario, no ya para la salud mental sino para la vida. De manera que la privación de la figura materna es teórica en la mayor parte de los casos, porque siempre habrá alguien que haya ejecutado el reemplazo necesario en caso de ausencia absoluta de la madre, bien por muerte, desaparición o enfermedad grave.

Aún así la mayor parte de evidencias científicas sobre la privación o separación maternas se han realizado en niños procedentes de orfelinatos, y se hicieron durante la segunda guerra mundial y en la postguerra. La razón de este retraso es política: hasta bien entrado en siglo XIX no se consideró delito el maltrato o el abuso de niños; la atención a la infancia comenzó a importar a los poderes públicos y a la sociedad en general bien entrado el siglo XX, y después de las evidencias acumuladas por Anna Freud en sus trabajos en guarderías en Londres durante los bombardeos alemanes; también de Bowlby que en 1969 desarrolló un teoría sobre el vínculo, enfatizando el apego como motor del ese mismo vínculo y analizando su cualidad patológica en niños deprivados, y de René Spitz en sus trabajos sobre niños abandonados en orfelinatos y deprivados de madre, que eran atendidos por enfermeras impersonales y con cuidados puramente formales. Spitz describió dos síndromes: el marasmo y la depresión anaclítica, dos cuadros clínicos cuya causa era directamente la privación en sí misma: el niño enfermaba, moría o se deprimía con una mezcla de aplanamiento afectivo o alelamiento si no le hablaban, si no era cuidado por personal cercano, cariñoso y con un afecto próximo y personal. Descubrió –y luego se ha replicado adecuadamente a través de trabajos con chimpancés (Harlow 1961)– que para el niño es más importante el contacto físico que la comida, las texturas a la alimentación, algo que venia a contradecir las hipótesis de Freud que suponía que las pulsiones orales estaban ligadas sobre todo a la alimentación. Además descubrió que existían ventanas de tiempo durante las que, si se restituía el afecto, el niño volvía a revivir, pero que cuando esa ventana sensorial se cerraba era prácticamente volver a mejorar aunque se restituyera la devoción materna.

martes, 17 de abril de 2007

¿Amor u odio?


-Primero quiero que me digas en qué mano tienes la naranja.
-En la derecha -contestó Alicia.
-Ahora --,dijo Carroll- fíjate en el espejo y dime en mano tiene la naranja la niña que ves en él.
-En la izquierda --dijo Alicia.
-¿Y cómo se explica eso? -le preguntó Carroll.
La niña se quedó dudando, pero al fin dijo:
-Si yo estuviera al otro lado del espejo, ¿no es cierto que naranja seguiría estando en mi mano derecha?
-¡Bravo, mi pequeña Alicia! ---exclamó Carroll- ¡Es la mejor respuesta que he recibido hasta el momento!

Alicia a través del Espejo
, Lewis Carrol.

Con tres heridas yo


Observen ustedes estos dos versos de Miguel Hernandez:


Con tres heridas yo:
la del amor,
la de la vida,
la de la muerte.


¿Que significa esto, qué quiere decir el poeta? ¿Por qué no decirlo más claramente?

Lo realmente curioso de esta pregunta es que todos sabemos a qué se refiere el poeta, la dificultad no viene de entender los versos sino hablar de ello. ¿Como traducir al lenguaje convencional, el lenguaje de las abstracciones, aquellos versos que solo rozan de lejos aquello que nombran?
El lenguaje poético, en realidad todo el lenguaje de las humanidades es profundamente intuitivo, pero es inexacto en terminos categóricos. Y de ahi la dificultad. Y de ahi la necesidad del arte. Otra curiosidad es que existen tantas interpretaciones como interpretadores, por que no existen interpretaciones verdaderas o interpretaciones falsas, sino interpretaciones relevantes o irrelevantes, eficaces o ineficaces.

Una interpretación sería esta:
El artista no puede decir lo que dice más claramente porque de hecho nadie nace con tres heridas, sino en cualquier caso con tres disociaciones, los tres horizontes plegados que podemos ver en el grabado de Escher.

Con los ejes tridimensionales de su mente: los ejes que comunican:El Yo con el objeto (de dentro afuera)
El Yo con su cuerpo (de arriba a abajo)
El Yo con el Si-mismo (de dentro a adentro)
Y que dividen necesariamente la experiencia íntima en dos partes en cada una de ellas, una disociación entre observador y lo observado, entre experiencia y lo representado. Nadie se encuentra a salvo de esta experiencia, somos jueces y somos parte cuando operamos como observadores bien sea de nosotros mismos, de nuestro cuerpo o del mundo de "ahi fuera". Se trata de la condición de lo humano, de la condición de nuestra naturaleza. Nos encontramos atravesados por esta contradicción y de eso es precisamente de lo que habla Miguel Hernandez cuando habla de las tres heridas, la del amor que necesariamente nos situa frente a frente con lo inconcluso de nuestra naturaleza, nos enamoramos, nos apegamos, nos vinculamos porque es absolutamente necesario para nosotros hacerlo, ningun ser humano sobreviviria sin ese hilo, sin ese vinculo.
Sabemos que tenemos un cuerpo y tenemos necesariamente que representarlo a nivel mental, sabemos que es fuente de placer y tambien de dolor, no podemos prescindir de él, pero sabemos que "no somos sólo nuestro cuerpo" que somos algo más que va más allá de unas piernas, un higado o unos riñones. Nadie es su cabeza, sus riñones o sus ojos, somos algo más, esa plusvalía de representación es lo que hace que exista otra herida, la de la vida: aquello que nos hace sentirnos vivos, coparticipes de un mundo que compartimos con Otros iguales a nosotros, que a su vez tambien se encuentran "heridos" por la misma disociación.
Y por fin: la herida de la muerte, sabemos que somos mortales, la única criatura de la Creación que tiene esa evidencia, sabemos que tenemos un cuerpo y que moriremos, una herida que nos lleva a buscar, a preguntar, a escribir, a hacer sinfonías, poemas, inventos: el camino de la creatividad que nos impulsa a iniciar un camino desde el Yo que observa hacia ese centro que se busca y que atiende a preguntas tales como ¿Qué soy, hacia dónde me dirijo, qué hay después de la muerte?, preguntas que hacen referencia a lo incognoscible, a lo incomensurable y cuya función es evitar que la respuesta no aparezca jamás de un modo explícito:solo hallan la Verdad los fanáticos o los locos. Preguntas casi siempre sin respuesta pero que animan al individuo en busca de la trascendencia, en busca del escape del tiempo, aquello de lo que nada sabemos salvo que hace desaparecer a los seres.
Pero tal y como vimos en el cuento de Lucy, muy probablemente los humanos contamos con una cuarta dimensión, una dimensión que nos permite saltar desde el mundo fenoménico hacia el mundo de la categoria y que además nos permite vincularlo, unirlo, apresarlo, dominarlo. Esta función que tiene un pie en la realidad experiencial y otro en el mundo de las ideas, del pensamiento, de las abstracciones es precisamente la función de lo Imaginario, la función que realiza el sueño, el mito, la locura o el arte.
La función de Eros

sábado, 14 de abril de 2007

Asi fue

No me hice mucho de esperar

viernes, 13 de abril de 2007

Las lágrimas de Eros


En la primera versión del mito, Eros era hijo de Afrodita y de padre desconocido, en la segunda un principio elemental anterior al orden olímpico, contemporáneo de Noche, Necesidad, Las Erinias, Las Moiras, Tetis, etc. Pero existe una versión documental escrita por Platón que narra parte de su vida en el Banquete. Según esa versión el dia que nació su hija Afrodita, Zeus organizó una fiesta en el Olimpo a la que invitó a todas las deidades olimpicas y tambien a las preolimpicas, entre ellas a Poros, dios del recurso. Lo interesante de este Dios de lo más abstracto es que era una especie de factotum, un conseguidor, una especie de político con mucho poder, excesivo y con muchos recursos para conseguir cualquier cosa que se le pidiera, una especie de Santa Rita, abogada de los imposibles. El asunto es que a la fiesta llegó una pordiosera que resultó ser Penia, la diosa de la pobreza y de la necesidad que se dirigió a los invitados con intención de que le dieran de comer. Al final acaba comiendo y bebiendo con Poros y consigue copular con él en el jardín del Olimpo. De esta unión nace Eros, de la unión del Recurso y la Pobreza que por haber sido engendrado en el bautizo de Afrodita se dedicó a su culto, al culto de la Belleza (abstracción que representa Afrodita) y por ser hijo de quien era aunó la capacidad para el recurso y la necesidad, puso el recurso al servicio de la necesidad. Eros es pues el mediador entre el deseo y el objeto deseado. Porque posee a ambos y es a la vez uno y otro, Eros es un mediador alado, como Hermes es un psicopompo (mediador entre el cielo y el hombre, entre el Hades y el hombre), como Hermes, Eros se ocupa de mediar entre la idea (el deseo) y su consumación (el fenómeno). Este mito es a mi juicio muy importante porque Eros es el dios de lo imaginario y le personifica , no es ciego como suele representársele en la iconografia latina, pero no debe ser mirado, porque se desvanece apenas es observado y entonces derrama lagrimas de impotencia pues no puede asumir su tarea que queda siempre inconclusa debido a la imprudencia de los humanos, para obtener los favores de su mediación es necesario que pase inadvertido, que no se le mire a los ojos, que no se le nombre, que no se le intente reducir a una idea o a una abstracción porque Eros es muy concreto e hipersensible, tanto que singulariza a cada individuo a través del deseo individual. Esta idea de la invisibilidad inversa de Eros tiene que ver mucho con lo incognoscible, con aquello que no podemos nombrar, con lo inefable, lo desconocido o aun aquello que después de ser nombrado no termina de encajar en la experiencia fenoménica concreta. La belleza es un ejemplo: una idea, una abstracción, pero no sabemos qué es y no la sabemos definir, podemos hablar acerca de en qué consiste la misma, algo a lo que se han dedicado filósofos y artistas de todos los tiempos con intención de reducirla, definirla, cuantificarla, pero siempre que se intenta queda un aspecto de la misma imposible de reducir, siempre queda "un no se qué" imposible de definir. Sucede porque la experiencia fenoménica de la belleza es una cosa y la idea de la belleza es otra. La experiencia de la belleza es algo precategorial, intuitivo, concreto y la idea de la belleza es algo abstracto, categorial, cuando intentamos definir la belleza operamos sobre la categoría y ahi estamos perdidos porque obviamos la parte irreductible, ese no se qué a lo que no podemos ver los ojos, aquello que sólo podemos experimentar a veces sin palabras para describirlo. Pues bien eso hace precisamente Eros, lanzar dardos entre las ideas y la experiencia y es distinto en cada persona porque su deseo apunta en una u otra dirección. Eros opera entre la idea y el fenómeno como el deseo de un amante hacia su amado, lo erótico hace referencia siempre a lo sexual y asi es desde el principio de los tiempos, la busqueda de la Verdad, de la Bondad, de la Belleza o de la Libertad son tareas eróticas de las que se ocupa Eros, en la corte de Lo Imaginario y lo hace de la misma manera que haria un amante ocupado por el deseo: los persigue hasta la consumación. Freud tenía razón.

jueves, 12 de abril de 2007

La huella del oso



Un dia cualquiera del Pleistoceno Lucy iba hacia el bosque en busca de raíces y hierbas medicinales, al llegar al barranco que solía separar el riachuelo de los primeros árboles advirtió la huella del oso, la miró y siguió adelante. Apenas hubo dado unos pasos Lucy se dió cuenta del extraño fenómeno: no habia sentido miedo ante la visión de la huella. Se extrañó y volvió atrás con intención de contemplarla de nuevo, no cabia duda, era una huella de oso. Se preguntó entonces ¿por qué no habia iniciado una carrera frenética presa de pánico? ¿es que se estaba volviendo perezosa? ¿qué había cambiado?
Aquel dia Lucy inventó un nuevo reino mental para el hominido, inventó Lo Imaginario.
Lucy discurrió asi: sabía que la huella del oso representaba al oso, pero no era el oso en sí, ese hallazgo era el que habia detenido su carrera y el pánico al que estaba tan habituada. Lucy había conseguido escapar de la causalidad pura, aquella discriminación esencial operaba como un colchón de seguridad entre lo fenoménico -el oso- y la idea: el peligro asociado a su ataque.
Al llegar a la cueva contó su peripecia a los compañeros de su clan, pero hizo algo más que eso: se le ocurrió pintar una huella en la pared con pintura roja-ocre. Tardaria muy poco en pintar al oso entero y después a otros animales o escenas de caza. Después de todo la huella representa al oso, sin ser el oso, pero procede del oso, de manera que Lucy comprendió enseguida la diferencia, no es lo mismo descubrir la huella del oso en el bosque -aun sabiendo que no es el oso mismo- que disponer a voluntad de las huellas del mismo, de su representación.
Al pintarla en la pared Lucy habia inventado el arte, pero tambien la religión y un método para alejarse del continuo estrés de tener que huir apenas se intuía la proximidad de una fiera. Aquellas figuras no eran solamente algo ornamental sino tambien un exorcismo.
Había nacido la alegoría, que roza y bordea al oso sin ser el oso ni tampoco su huella, sino la huella de Lucy.
Lo imaginario en adelante operará con un pie en las ideas y otro pie en el mundo fenoménico, como los sueños que se nutren de ideas pero que tambien se acompañan de entornos de un enorme realismo. Ese dia Lucy entendió que los sueños no son lo mismo que la realidad-real y dejó de tenerles miedo.
 


miércoles, 11 de abril de 2007

The Beatles-In My Life

Hay lugares que nunca olvidaré, alli hay amigos que aparecen siempre juntos en mis recuerdos. En mi vida os quiero a todos.

El amor como fetiche

La devoción erótica que conocemos como "amor cortés" es el antecedente más cercano que tenemos de nuestro concepto del amor, un invento de gnósticos: ninguna novedad en Occidente, antes al contrario, sus influencias pueden rastrearse en el mundo clásico, más tarde en el amor romántico y aun en la poesía sufí. Así Ashwaq (el Intérprete de los Deseos) un poeta murciano que vivió en el siglo XII, escribe:

Aunque me incline ante ella como es de rigor
y ella nunca devuelva mi saludo,
¿tengo motivo alguno para quejarme?
una mujer hermosa no siente obligación.

Un tema amatorio clásico: el amor como idolatría a un ser inalcanzable, un tema apolíneo recurrente que más adelante y por sincretismo, entraría a formar parte del culto extático a la Virgen Maria . O en la poesía amatoria de todos los tiempos, véase este pasaje de Garcia-Lorca:

Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas
Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores,
Abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscados en yertos paisajes de cicuta.

Metonimia pues es el fetiche: una especie de fotografía, un icono que opera por contigüidad, sobre un recuerdo infantil relacionado con el descubrimiento de la ausencia de pene en la mujer. Según la teoría clásica el fetiche es un objeto cualquiera, algo que sirve para denegar el recuerdo: un recuerdo relacionado con el descubrimiento de la diferencia sexual, algo que se vio "inmediatamente antes" y que aparece como un objeto congelado, suspendido, pues su función es -precisamente- la de denegar un conocimiento al que ya se ha tenido acceso: el conocimiento sobre la diferencia.
Todo fetiche es aprensible, en tanto que es un objeto inanimado, relacionado con cierta estructura por una relación de contigüidad. El gusto por las bragas femeninas, los sujetadores o las medias, los zapatos o zapatillas, no es azaroso, sino que responde -precisamente- a una relación que lejos de ser simbólica, se comporta como una representante de cercanías de lo deseado y temido. Precisamente, la característica del fetiche es, que al ser un objeto inerte, es inapresable, en comparación con su dueño, que está vivo y quizá por eso es inaprensible, en tanto que lo vivo está sujeto a la voluntariedad y a una cierta objetividad. Lo objetivo es el enemigo de la fantasía, compuesta siempre por lo objetal, es decir, por el deseo que completa lo objetivo y le da forma. Para Castilla del Pino el pie es sin embargo un atributo fálico.

El fetiche condensa, el todo por la parte, la totalidad del objeto al que es imposible acceder…El pie es muy estimado porque es a través de él como obtiene la gratificación masoquista propiamente dicha. La mano o el pie son equivalentes del látigo, de la espuela o de cualquier otro objeto útil para la punición. El significado de los mismos es muy complejo. Se trata de un atributo que le confiere al partenaire femenino un poder fálico. Esto satisface la fantasía de la doble tendencia homo y heterosexual que el masoquista anhela en muchos casos, en tanto que fálica se constituye en objeto ante el que se somete, como antes al padre todopoderoso, en tanto mujer compone un objeto materno substitutivo.

El fetiche es la condición de amor, "tiene que ser así y sólo así", parece querer decir el fetichista, lo que hace inclasificable cualquier fetichismo, puesto que existen tantas variantes como individuos y posibilidades de goce: el fetichismo es el equivalente sexual de la sutileza.

Deconstrucción de la belleza



Desde la antigüedad muchos han sido los que se han ocupado de reducir la belleza a términos matematicos, mensurables o cuantificables. Pitágoras pretendió encontrar el secreto de la belleza cuando dió con el numero fi=1.618, al que llamó la proporción aúrea.

















Pero seguiamos sin saber nada acerca de la cualidad exacta de la belleza, ¿que hay en una obra de arte, en un texto, en una composición musical que le hacen una obra de arte y le distinguen de aquello artesanal, del simple trabajo bien hecho. ¿En qué reposa la sublimidad, el estremecimiento de la obra de arte?.
Kant lo dijo: reposa en la universalidad, lo cual no deja de ser una respuesta tautológica, es bello aquello que goza de un consenso de opinión que lo hace bello, es bello lo que se ha reconocido como tal. Se trata de una opinión que no comparten todos y entre ellos yo. Pero si no podemos hablar de la belleza, sino sólo rozarla, reducirla a números y a cuentas corrientes, al menos si podemos hablar de la fealdad, esto es lo que proponen algunos artistas como Andy Warhol cuya propuesta estética más conocida es el bote de sopa Campbell.
La propuesta es la siguiente: el canón no puede decirse, sólo rozarse y por tanto es imposible de apresar, por eso elijo un simple objeto de la vida cotidiana igual a la serie que representa, un clon, un objeto que contradice el paradigma de la obra de arte: aquello único, irrepetible y original. No es que el bote de sopa Campbell sea feo pero si vulgar, serial, igual a otros muchos botes de sopa como él mismo, el clon se entroniza como el nuevo ídolo de la postmodernidad y el cuerpo individual es su aliado. Un cuerpo transformable en perfomance que ahora es blanco y ahora es negro, que es hombre y es mujer y que es capaz de saciar todas las potencialidades del deseo, pues todos los deseos son al final legítimos y todos se ejercen sin dejar de ser deseos. El arte es democrático y no hace falta ser nadie especial para ejercerlo, ¡abajo los artistas y viva la comunidad creadora del mundo!. Edipo ha muerto y sólo es ahora un héroe de cómic, de risa, a medio camino de la transformación. Si no podemos hablar de lo bello hablemos pues de lo repugnante, de la escatología, de lo aversivo, de lo vulgar.

lunes, 9 de abril de 2007

Dali y el hipercubo





Este cuadro de Dali ilustra perfectamente el constructo teórico del hipercubo, un cubo de cuatro dimensiones, si quieres saber más de esta figura pincha sobre mi e irás a un enlace para construir tus propios hipercubos. El interés de este tipo de figuras para las neurociencias se basa en el hecho de que el hombre no es un ser tridimensional sino al menos tetradimensional, al menos la mente humana -si tuviera forma- se parece más un hipercubo que a un cubo de tres planos.

Cajal y las neuronas

Antes de Cajal se pensaba que el sistema nervioso central era un sincitio, es decir una red de comunicaciones sin más. Cajal demostró después de conocer la técnica de Golgi que las neuronas no estaban conectadas entre sí, sino a través de la sinapsis, un espacio vacio ocupado seguramente por algun producto quimico que hoy llamamos neurontransmisores. Además Cajal descubrió los potenciales de acción, es decir que era la electricidad la que comunicaba las neuronas y no la contigüidad que defendian sus antecesores. Demostró además que las espiculas de los axones de las neuronas correlacionaban con la inteligencia y no eran meros artefactos de la técnica de Golgi. Al final Golgi y él que recibieron el premio Nobel conjuntamente se enzarzaron en un guerra personal que Cajal eludió inteligentemente. Al final nadie sabe quien era Golgi y Cajal inauguró la edad moderna de las neurociencias.

domingo, 8 de abril de 2007

Cinta de Moëbius


La cinta de Moebius, una simple cinta del pelo, es un ejemplo de los cambios que una figura sometida a torsiones puede sufrir pasando de dos acuatro o más dimensiones. De estos cambios se ocupa la topología una rama de la geometria. La hormiga que circula por las caras de esta cinta nunca caería de la misma porque la cinta se deforma en una torsión que la hace transitable, sus dos caras se transforman así en cuatro planos y por tanto en infinitos viajes de ida y vuelta. ¿Es así el universo, es así la mente?
El ocho invertido se convierte asi en un simbolo del infinito de la eternidad, si observamos el sombrero del mago del Tarot podremos adivinar este guarismo simbólico de aquel que se situa por encima del tiempo a través del saber

sábado, 7 de abril de 2007

Cuentos para sobrevivir

La resiliencia puede definirse como lo contrario de la vulnerabilidad, es algo que el sujeto herido hace con su sufrimiento que le permite trascender al dolor, supone el hallazgo de determinados senderos de desarrollo para personas que han sufrido en su vida un revés importante, un traumatismo psicológico o una pérdida devastadora. Así, en la Cenicienta, la huérfana sometida a la esclavitud doméstica de una cruel madrastra y de unas envidiosas hermanas será al fin la que merced a una metamorfosis mágica logre escapar de aquel antro de explotación gracias a la seducción de un príncipe que recorrerá el reino tratando de buscar a la doncella cuyo pie encaje a la perfección con el zapatito extraviado en el baile al que acudió nuestra menesterosa heroína, gracias a un sortilegio, a un encantamiento que derivaba de su propio deseo de escapar de su situación de sufrimiento y humillación vital. Los niños huérfanos fueron protagonistas de cuentos populares durante el siglo XIX precisamente porque en aquella época los niños abandonados eran legión en nuestra pulcra Europa sometida a los vaivenes de la industrialización. Oliver Twist, el Patito feo, Caperucita Roja, Blancanieves y casi todos los cuentos infantiles con los que estamos familiarizados son relatos acerca de niños abandonados que soñaron para sí mismos con un mundo mejor y que lograron merced a esta esperanza unas guías de resiliencia, de una resistencia interior que les marcó al camino para escapar de las condiciones de vida a las que parecían condenados en función de su humilde y renegado origen. No es de extrañar que tanto Hans Christian Andersen, Perrault o el propio Charles Dickens, autores de los más famosos cuentos infantiles en aquella época fueran a su vez niños huérfanos, maltratados, abandonados y explotados en su infancia. Significa que el relato, el cuento que construyeron, fue para esos autores una guía de resiliencia por sí misma; la creatividad que desarrollaron fue la propiedad psicológica que les alejó de un destino probablemente nefasto en relación con las condiciones insufribles de su vida, al tiempo que les proporcionó éxito y fortuna personales. Ellos mediante su testimonio señalaron a legiones de niños que, por mayor que pueda parecer nuestra desgracia individual, siempre existe un atisbo de esperanza y que el amor puede llegar a prender la brasa de cualquier existencia por inane que parezca cuando aparece.

jueves, 5 de abril de 2007

Carly Simon - Scarborough Fair

Una poderosa versión de una canción tradicional irlandesa a cargo de Carly Simon una de las voces mas potentes y desconocidas del pop

Entre los lobos yo


Los lobos comen, devoran a sus presas, saben como elegirlas, tambien saben cazar utilizando estrategias militares, saben si prefieren este o aquel sabor, pero no saben que han de comer, que es necesario para ellos, innegociable devorar a otros para seguir viviendo. En realidad los lobos no saben que morirán de cualquier manera, hagan lo que hagan, que sólo pueden aplazar su muerte si siguen su instinto, esto es, cazar, comer, devorar y copular. El "conatum" de Spinoza, o sea la supervivencia, esa fuerza que nos impele sin saber por qué a comer, matar y copular es en realidad una pulsión instintiva sin explicación, se explica no obstante a si misma, pero los lobos ignoran el significado de las pulsiones de Necesidad, simplemente las acatan. Los humanos como nosotros sin embargo tenemos la posibilidad de representarnos tanto la comida como la muerte, poseemos el poder del simulacro y podemos fingir que las ignoramos. Sabemos que nos moriremos y sabemos que el sexo nos gusta, que ambas cosas nos provocan placer, pero lo sabemos de un modo simultáneo con su contrario: sabemos que moriremos, por más que comamos o por más que copulemos. Copular-comer está invariablemente unido pues a la idea-representación de la muerte, por eso hemos inventado la gastronomia y el erotismo, por eso hemos socializado el acto de comer y por eso "la jodienda no tiene enmienda", aunque apenas podamos disimular que no sabemos que la muerte aguarda en lo que comemos y en lo que copulamos, Para comer hemos de matar, para copular hemos de aceptar nuestra incompletud dispuesta en la reproducción, ni siquiera somos capaces de reproducirnos enteros, hemos de mezclarnos con alguien y compartir fluidos y subjetividades, es necesario negociar y asi y todo sólo podremos reproducirnos de mitad a mitad: he aqui la pequeña muerte del orgasmo que es la antesala de la otra, de la verdadera. Es por ello que las ideas de muerte, erotismo y comida (con tres heridas vengo decía Miguel Hernandez) están necesariamente unidas en el recuerdo, en algun tipo de registro prehumano que no pertenece a la conciencia individual. A nivel personal comer y matar - la muerte- se encuentran bastante disfrazados, ya no necesitamos hacer una matanza para alimentarnos de carne, basta con ir al supermercado a buscar el chuletón envuelto en aseptico celofán, una asepsia que parece que nos separa del hecho en si, que aquello que vamos a comernos fue antes un ternero. ¿Pero donde está el ternero entonces?. No ha muerto, nadie lo vió morir, ha desaparecido que es aun peor, porque el muerto puede conjurarse pero ¿qué hacer con aquel que se muestra en su ausencia? ¿como colocarle la etiqueta de chivo expiatorio a aquello que ha perdido su forma animal?. Si, ha desaparecido,. y esta es nuestra culpa primoridal por muy escondida que se encuentra en las estanterias del supermercado. Y eso que Freud ya lo dijo, "La culpa es anterior a la falta", pero nadie le creyó.
En su aspecto más profundo la negativa a consumir carne supone la negativa a matar y morir que forma parte de la ciclicidad inherente a la vida humana. Hasta los dioses cuando consumen carne o alimentos humanos se convierten en vulnerables: se encuentran sometidos a las mismas leyes fundacionales de lo humano, asumen la culpa primordial de aquellos que hemos aprendido a hacer desaparecer lo existente y quedan sometidos como nosotros al transcurso del tiempo ingresando en el reino de Cronos, el tiempo que hace desaparecer a los seres.
Es por ello que la culpa primordial no es en absoluto un hecho individual, antes al contrario se trata de una culpa ligada a la especie, a la esencia de lo humano, donde todos somos culpables, no importa el lugar que ocupemos en el rito de la matanza, desde el aguador, hasta el pastor, el matarife o el sacerdote que oficia la liturgia asesina sobre el toro, todos, todos, somos culpables incluyendo al toro. Se trata de una culpa pues compartida, una culpa distributiva, de la que solo pretenden salvarse aquellos que no participando del rito abrazan la religión órfica, aquella que dice "Abstenerse de matanzas", se trata de un culto de abejas y bellotas que sólo a medias consigue esconder detrás de un velo, siempre existe un velo que oculta la divinidad, el designio divino. Pobres ingenuos: tampoco ese tipo de alimentación les hace inmunes a la culpa transgeneracional, arcaica que traspasa fronteras y libres albedrios, porque en realidad el libre albedrio se inventó más tarde y quizá tenga relación con el éxito de las religiones monoteistas al liberar al ser humano individual del eterno sacrificio con el que se relaciona con los dioses, con todos los dioses y los toros, fuente de proteinas tan necesarias. Simplificar su número fue un acierto y un ahorro en el consumo de energias para saber a qué dios se ofendió en cada momento, a cambio hubo de inventar una nueva vuelta de tuerca: el hijo de Dios hubo de volver a poner orden y ofrecerse el mismo en sacrificio para liberar a la humanidad, de ahi su éxito y tambien su funesta consecuencia: la culpa se instaló en el cerebro individual y allí sigue, es desde allí que la transportamos como un fardo que vamos pasando de cuerpo en cuerpo hasta encontrar al voluntario de nuestra estirpe que lo lleve "voluntariamente" encima, por eso escribimos poemas que son a la vez formas de exorcizar nuestra certeza más absoluta: desapareceremos. Y por eso la culpa no tiene fin, aunque puede ser transformada, para después ser de nuevo inventada de nuevo y reciclada. Los amores de Io y de Zeus precisan de seis generaciones para terminar amortizándose, ahi termina la maldición del toro, que aparecerá inevitablemente de nuevo a la menor oportunidad.
Hablo de lo humano, por eso la tarea de los hombres es negociar con esa culpa y encontrar soluciones politicas, porteadores del ánimo que se ofrezcan voluntarios y seguir adelante portando cada uno de nosotros el fardo como modernos Sisifos, si es posible transformados en jarra de agua, en Sisifos aguadores.

martes, 3 de abril de 2007

Distorsión


No se trata de una maquina perfecta, nuestro cerebro percibe un mundo distorsionado, a medio hacer. El salto que existe entre la realidad y su representación es una grieta llena de datos inconclusos, somos un proyecto inacabado.

domingo, 1 de abril de 2007

Damasio-Spinoza

Mas allá de la moral y de la aceptación de la ley, de las normas y de las tradiciones y costumbres.
Más allá de la felicidad, del placer, del sexo y de la comida, de la profesión y del disfrute, de la ayuda que brindamos a los demás, de los hijos y de las tareas que nos entretienen durante años y años.
Más allá de la lucha por la vida, de nuestro interés por estar aqui o allá, de triunfar, darnos a conocer o ser entendidos por los demás.
Más allá de eso los hombres (algunos de nosotros) queremos saber, saber más sobre todo buscamos una respuesta a estas dos preguntas ¿De dónde venimos? y ¿dónde vamos? que pueden resumirse en una unica cuestión ¿Cual es nuestra función en la vida? que desde el punto de vista neurobiologico se fundamenta en encontrar una respuesta a la pregunta eterna : ¿qué hay después de la muerte? ¿Para qué sirve el sufrimiento?
Y Damasio y al parecer tambien Spinoza se plantearon esta pregunta y llegaron cada uno por su lado a una conclusión definitiva, a la que por cierto tambien llegó Freud aunque viendolo desde el punto de vista pesimista (Freud pensaba que la religión era un premio de consolación a la inevitabilidad de la muerte). Damasio argumenta que el hombre primitivo se enfrentó bien pronto al impacto de la pérdida: morian amigos, seres queridos, sus mujeres, sus hijos, sus padres.....al parecer el cerebro tuvo que disponer de un modo bastante precoz de distintos mecanismos para superar el dolor y la aflicción secundarios a las perdidas (o a las heridas), estos mecanismos homeostaticos cuya función sería de nuevo devolver al organismo a su situación basal; son precisamente las guias que hacen al hombre sensible a la idea de Dios o de trascendencia. Tanto Spinoza como Damasio no creen en un Dios externo al hombre, con figura humana o bigote inglés, no, ellos identifican a Dios con la Naturaleza, en este sentido Dios no existe y es idiota buscarlo, amarlo o temerlo y dice: "el hombre solo debe temerse a si mismo" pero en cambio si está justificado buscar la naturaleza de Dios que está en todos y cada uno de nosotros que somos en cierto modo parte de esa naturaleza y tambien el resultado de esa forma de pensar que llamamos trascendente. En este sentido la espiritualidad o la trascendencia seria un rasgo protector de la personalidad, pero no en el sentido que le daba Freud sino asegurando que esos mecanismos homeostaticos que llevan al hombre a su estado basal después de un golpe de mala fortuna funcionan correctamente y hacen su papel de reparación, señalando además que los mecanismo de superación de dolor fisico y emocional son los mismos. Estos mecanismos asegurarían a aquellos que los poseen una vida longeva y plena y sobre todo operarian como un mecanismo de preservación de eso que llamamos eutimia y de la ataraxia. La eutimia además está regulada al alza, significa que nuestro cerebro no está regulado sólo para no sentir dolor, está regulado para sentir un cierto bienestar, un sosiego eufórico (al que Democrito imbuido por la idea de virtud griega llamó eutimia), está regulado para sentir de modo basal un cierto bienestar (es bueno recordar ahora que "virtus" significa en latin poder). La alegria sería pues el antidoto de la pena, el poder de vencer la pena (como todos sabemos) y la alegría tiene que ver con un modo de vida que en paleolitico supuso un cierto discurso de trascendencia (la invención de un Dios) reencontrado a partir de la empatía, es decir de la identificación con la pena del otro, el prójimo que nos redime con su dolor y que nos permite ayudarlo (ayudándonos a nostros mismos a ser mejores) con la posibilidad de sanarla o aliviarla a través de la cooperación, del consuelo y de la compasión.

Editoriales

Mito, narrativa y salud mental