martes, 17 de abril de 2007

Con tres heridas yo


Observen ustedes estos dos versos de Miguel Hernandez:


Con tres heridas yo:
la del amor,
la de la vida,
la de la muerte.


¿Que significa esto, qué quiere decir el poeta? ¿Por qué no decirlo más claramente?

Lo realmente curioso de esta pregunta es que todos sabemos a qué se refiere el poeta, la dificultad no viene de entender los versos sino hablar de ello. ¿Como traducir al lenguaje convencional, el lenguaje de las abstracciones, aquellos versos que solo rozan de lejos aquello que nombran?
El lenguaje poético, en realidad todo el lenguaje de las humanidades es profundamente intuitivo, pero es inexacto en terminos categóricos. Y de ahi la dificultad. Y de ahi la necesidad del arte. Otra curiosidad es que existen tantas interpretaciones como interpretadores, por que no existen interpretaciones verdaderas o interpretaciones falsas, sino interpretaciones relevantes o irrelevantes, eficaces o ineficaces.

Una interpretación sería esta:
El artista no puede decir lo que dice más claramente porque de hecho nadie nace con tres heridas, sino en cualquier caso con tres disociaciones, los tres horizontes plegados que podemos ver en el grabado de Escher.

Con los ejes tridimensionales de su mente: los ejes que comunican:El Yo con el objeto (de dentro afuera)
El Yo con su cuerpo (de arriba a abajo)
El Yo con el Si-mismo (de dentro a adentro)
Y que dividen necesariamente la experiencia íntima en dos partes en cada una de ellas, una disociación entre observador y lo observado, entre experiencia y lo representado. Nadie se encuentra a salvo de esta experiencia, somos jueces y somos parte cuando operamos como observadores bien sea de nosotros mismos, de nuestro cuerpo o del mundo de "ahi fuera". Se trata de la condición de lo humano, de la condición de nuestra naturaleza. Nos encontramos atravesados por esta contradicción y de eso es precisamente de lo que habla Miguel Hernandez cuando habla de las tres heridas, la del amor que necesariamente nos situa frente a frente con lo inconcluso de nuestra naturaleza, nos enamoramos, nos apegamos, nos vinculamos porque es absolutamente necesario para nosotros hacerlo, ningun ser humano sobreviviria sin ese hilo, sin ese vinculo.
Sabemos que tenemos un cuerpo y tenemos necesariamente que representarlo a nivel mental, sabemos que es fuente de placer y tambien de dolor, no podemos prescindir de él, pero sabemos que "no somos sólo nuestro cuerpo" que somos algo más que va más allá de unas piernas, un higado o unos riñones. Nadie es su cabeza, sus riñones o sus ojos, somos algo más, esa plusvalía de representación es lo que hace que exista otra herida, la de la vida: aquello que nos hace sentirnos vivos, coparticipes de un mundo que compartimos con Otros iguales a nosotros, que a su vez tambien se encuentran "heridos" por la misma disociación.
Y por fin: la herida de la muerte, sabemos que somos mortales, la única criatura de la Creación que tiene esa evidencia, sabemos que tenemos un cuerpo y que moriremos, una herida que nos lleva a buscar, a preguntar, a escribir, a hacer sinfonías, poemas, inventos: el camino de la creatividad que nos impulsa a iniciar un camino desde el Yo que observa hacia ese centro que se busca y que atiende a preguntas tales como ¿Qué soy, hacia dónde me dirijo, qué hay después de la muerte?, preguntas que hacen referencia a lo incognoscible, a lo incomensurable y cuya función es evitar que la respuesta no aparezca jamás de un modo explícito:solo hallan la Verdad los fanáticos o los locos. Preguntas casi siempre sin respuesta pero que animan al individuo en busca de la trascendencia, en busca del escape del tiempo, aquello de lo que nada sabemos salvo que hace desaparecer a los seres.
Pero tal y como vimos en el cuento de Lucy, muy probablemente los humanos contamos con una cuarta dimensión, una dimensión que nos permite saltar desde el mundo fenoménico hacia el mundo de la categoria y que además nos permite vincularlo, unirlo, apresarlo, dominarlo. Esta función que tiene un pie en la realidad experiencial y otro en el mundo de las ideas, del pensamiento, de las abstracciones es precisamente la función de lo Imaginario, la función que realiza el sueño, el mito, la locura o el arte.
La función de Eros

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