viernes, 23 de noviembre de 2007

El ombligo del sueño


No cabe duda de que el significado de los sueños sigue siendo una materia de interés para casi todo el mundo exceptuando a la ciencia que parece que ha pasado por encima de este asunto opacando todo lo que Freud investigó en "La interpretación de los sueños". Y debe ser por alemán, porque lo cierto es que eso que llamamos ciencia es un lobby de poder en manos anglosajonas como en la Roma Imperial toda la magistratura pertenecía al régimen de los césares. Los nacionalismos son los responsables de que la ciencia se haya atomizado, me refiero a la ciencia donde hay poco dinero que ganar como la psiquiatria porque las otras , esas que trafican con genes y embriones donde hay negocio forma parte de otros lobbyes y ahi no hay nacionalismo que valgan salvo el del dólar.
No es de extrañar pues que la investigación de los sueños haya pasado a convertirse en una especie de mitologia esóterica en la que ya sólo creen algunos iniciados y los psicoanalistas, aunque todo el mundo que detesta a Freud lo hace desde el desconocimiento pues casi nadie tiene valor de leerse su obra enterita y de esa ignorancia proceden gran parte de los prejuicios.
Freud escribió su obra maestra -la antes citada- en 1900 y si el lector tiene a bien leerla hoy, más de cien años después se encontrará con una obra fresca, lúcida que contiene no sólo una via de acceso al inconsciente y a la psicogénesis de los sintomás mentales sino sobre todo contiene una teoria sobre la mente, la única teoría que hasta el momento ha sido enunciada pues hasta el momento y descontando a la teoria psicoanalítica no tenemos aun -en pleno siglo XXI- una teoría que explique la conducta humana tanto normal como patológica y asi nos va de la mano de ese saber fragmentado que son las distintas versiones ateóricas del saber.
Freud descubrió las bases cientificas de la formación de los sueños que ya desde la antigüedad habian fascinado a los hombres cultos y a los distintos pensadores de lo humano, en síntesis Freud descubrió que los sueños representaban realizaciones de deseos.
Para que un sueño pueda soñarse es necesaria cierta sinergia entre un deseo preconsciente y un deseo inconsciente. En realidad estos deseos se encuentran como plegados unos dentro de otros como un fractal, hay una primera satisfacción, un primer placer satisfecho y de ahi nace el deseo de volverlo a gozar, la repetición, un intangible irreductible. El deseo es pues un recuerdo de una satisfacción y una persecución de la misma. Como los seres humanos pasamos por distintas etapas evolutivas estos recuerdos van enroscándose y enlazándose emoción contra representación y amontonándose en forma de recuerdos y de huellas de placer y dolor. Cuando algo nos impresiona del mundo externo lo pasamos a nuestra memoria que lo archiva asociativamente con algun recuerdo anterior, nuestro cerebro opera asi excepto con lo nuevo, con lo insólito, aquello que aun no ha sido nombrado, lo inefable no se computa de este modo siendo su excepción, el resto de las impresiones sensoriales del dia pasan a la memoria donde establecen asociaciones entre ellas y los recuerdos más antiguos. Cuando un recuerdo actual que ha pasado el umbral de intensidad necesario logra establecer un enlace con un recuerdo antiguo al que se une por relación semántica entonces se genera un sueño. La impresión diurna sola no podria provocar sueños, ni nuestro organismo se tomaria la molestia, la intensidad necesaria para que una impresión pase la barrera de la censura y del inconsciente solo puede proceder de aquellos complejos representacionales reprimidos que como una bomba de fusión poseen la suficiente energia para manifestarse en el contenido manifiesto.
De manera que un sueño es la alucinación de una idea-representación-emoción reprimida que además de eso se corresponde con un resto diurno que hace de vagón de enganche. En un sueño siempre hay dos deseos que se satisfacen, uno antiguo y otro actual.
Estos enlaces de enganche entre lo actual y lo antiguo es precisamente lo que persigue el análisis del sueño: recorre el camino hacia atrás persiguiendo el contenido latente, lo que el sueño persigue satisfacer. Perseguir estos enlaces no es tarea fácil y muchas veces es como buscar una aguja en un pajar puesto que estamos hablando de enlaces arboriformes, cada uno de los puntos se bifurcan en uno, dos o mas ramales y además un punto puede ser entrada y salida. Dicho de otro modo el sueño es como un fractal donde no importa el punto por el que empecemos siempre daremos con la figura entera en una u otra dimensión. El sueño y su significado es el mismo tanto si comenzamos por una dimensión o por otra. Y asi sucede hata que nos encontramos con el ombligo del sueño, una especie de nudo, un zurcido.
El nudo del sueño nos lleva a veces hacia una paradoja porque implica pensar lo humano en terminos freudianos ¿como puede un sueño de angustia representar una realización de deseos?
Claro, cuando hablamos de realización de deseos siempre pensamos en comer lo que nos apetece, beber lo que queramos o fornicar con ese alguien deseado secretamente, pero un deseo no siempre es algo agradable, un deseo tambien puede ser un deseo autopunitivo que satisface otra exigencia psiquica distinta al propio Yo. Lo humano impone asociar Eros y Tanatos y muchas veces nos vamos a encontrar con sueños donde se cumplirá aquella maxima de Lacan:

"Placer es lo que se añade a la vida pero goce es lo que se sustrae a la muerte"

Cuando damos con el ombligo del sueño estamos frente a frente con lo irreductible, lo ininterpretable, lo tanático o incognoscible.
Nos hemos dado de bruces con el deseo de muerte, la otra cara de la vida y a la que pretendemos evitar, sólo los sueños conservan su huella y nos recuerdan que los discursos asistenciales han caducado porque el sujeto humano es por definición ambivalente y que toda producción psiquica está sobredeterminada por el placer y por la necesidad de que el placer cese.

8 comentarios:

Ana di Zacco dijo...

Qué lindo eso de los enlaces arboriformes y las ramas...
Y qué bonito, Eros y Thánatos otra vez, tan recursivos ellos, y qué modo tan sublime de explicarlo, hace falta babero otra vez :)

Gabriel Antón dijo...

La ciencia se presenta a sí misma como potencialmente omnipotente,
aunq para ello excluya de su parcela todo aquello que se le queda sin control

Anónimo dijo...

Si el psicoanálisis fuese una ciencia entonces la ciencia diría algo sobre el significado de los sueños. Pero de momento nadie ha aportado pruebas de que los sueños tengan que tener algún significado. Y el tratamiento psicoanálitico (se ha demostrado hasta la saciedad en infinidad de trabajos esto sí, científicos) no es efectivo.
a partir de la aceptación de que los sueños tienen ssignificado se puede decir todo lo que a uno le venga en gana porque ya no hay manera de compprobarlo. Así también propongo yo hipótesis (todas las que quiera).

Por cierto, la ciencia no es omnipotente, ni mucho menos, de hecho su principal virtud es que sus resultados están continuamente siendo puestos a prueba y si no funcionan se crea una nueva hipótesis que debe ser falsada. Es fácil criticar a la ciencia sin saber cómo funciona y sin siquiera plantearse las bases en las que se asienta el psicoanálisis, que no ha aportado absolutamente nada al estudio del cerebro (que, no lo olviden, es el que da lugar a la mente).

Cuando se aporten pruebas evidentes de que lo que soñamos no son más que contenidos aleatorios de información entonces podremos dicutir sobre el resto. Me parece miucho más interesante (y de hecho hay trabajos que muestran evidencias objetivsas de ello, no como Freud) la idea de que el sueño interviene en el almacenamiento de memoria.

Verdurin dijo...

Es lastima que la ciencia no diga nada sobre los sueños, salvo que sirven para "enfriar" el cerebro o para dejar sitio a la memoria "nueva" que se genera en el hipocampo. El problema es que la ciencia renunció al psicoanalisis y a su saber y nos encontramos que hoy sabemos muy poco de los sueños por el "metodo cientifico".
Caro que si Freud hubiera sido americano otro gallo hubiera cantado.

Anónimo dijo...

No tiene nada que ver que fuese americano. La teoría de la conscpiración, como siempre.
La ciencia no renunció al psicoanálisis. El psicoanálisis no ha sido nunca una ciencia (con saber un poco de epistemología sobra para saberlo). El psicoanálisis no encaja en el método científico porque propone hipótesis no falsables y rebosa de argumentos ad hoc.
Por el método científico sabemos mucho de los sueños. Otra cosa es que no nos conformemos con lo que nos dice la ciencia (conocimiento objetivo e intersubjetivo) y queramos añadirle características y significados subjetivos. Eso está muy bien, pero no es ciencia y no se puede criticar a la ciencia por no meerse en esos asuntos. Tú puedes decir que soñar con una serpiente está en relación con lo fálico, pero yo puedo decir que tiene que ver con una cuerda. ¿Quién tiene razón ahí?¿Cómo demostrarlo? Es siempre la misma historia: se critica a la ciencia pero no se dan mejores explicaciones que las que ella da (y entiendo por mejores que nos permitan hacer predicciones y que cumplan con los postulados de objetividad y dialéctica).

Cristina Trullà dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cristina Trullà dijo...

Y es que 'lo humano' se le escapa a la ciencia porque la ciencia no pudo todavía ser diseñada para lo humano. La ciencia estudia 'lo humano' de similar forma que estudia 'lo animal', o sea, lo que se supone que no está provisto de emociones, de lenguaje, de función simbólica, de recuerdos, de pasiones, de sueños, de deseos.. ¿cómo medir lo inmensurable? ¿cómo comprender lo que no puede ser observado en un microscopio o aislado para su estudio?. Efectivamente, el psicoanálisis no es una ciencia como no lo son tampoco la mayoría de teorías psicológicas. Las que lo pretenden ser, que las hay, se alejan más de lo humano cuanto más científicas pretenden ser. Sencillamente, lo humano no encaja en la ciencia aunque la ciencia tenga origen humano. Y es que lo humano siempre estará mucho más allá de la ciencia. Pretender conocer lo humano tan solo a través de la ciencia es dejarse en el tintero la esencia de la vida. Lo humano está sujeto a cambios constantemente; imposible pues proponer hipótesis falsables. Imposible la objetividad. Por dicha razón, cuando hablamos de lo humano -y hasta que no tengamos algo mejor- sería mejor utilizar los métodos cualitativos además de los cuantitativos. Personalmente, no me es imprescindible el método científico para seguir investigando sobre lo humano, aunque muchas de las premisas en las que me apoyo estén formuladas desde la ciencia. Pero ceñirme tan solo a ellas sería renunciar a mucho del saber que ha generado hasta el momento la Humanidad.

Paco Traver dijo...

Estoy de acuerdo contigo Cris, lo humano va más allá de la ciencia de otra forma sólo con la ciencia ya tendriamos bastante y por eso existe -por ejemplo- el arte: para dar cuenta de aquello que no puede ser atrapado mediante las leyes "cientificas". Ahora bien a mi lo que me preocupa es por qué la gente llama ciencia a todo aquello que va de abajo arriba y duda de todo aquel saber que va de arriba a abajo. Cuando hablamos de la mente a la gente le parece que lo cientifico es la serotonina, las moleculas, los receptores y todo eso y no caen en la cuenta de que están hablando del cerebro pero no de la mente. Debe ser porque moverse en ese espacio de indeterminación que es la mente les da vértigo y por eso se refugian en eso que llaman -pomposamente- "ciencia" que está muy bien, si, pero que es otra cosa y no da cuenta de lo humano.

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