viernes, 31 de agosto de 2007

Sarkozy, Carod Rovira y la castración


Que Sarkozy un “neocon” y Carod Rovira un catalanista radical se hayan puesto de acuerdo en la castración química de los delincuentes sexuales reincidentes merece un comentario en este blog.
Se trata en cualquier caso de una propuesta que está señalando el retorno de algo que ya creíamos extinguido, el autoritarismo taliónico más políticamente incorrecto. Pero no se trata de un autoritarismo calcado de la eugenesia hitleriana, antes al contrario se trata de algo más sutil. La novedad es que en este caso será la ciencia y su discurso, un grupo de notables “científicos” los que darán cobertura a la solemne decisión de dejar fuera de combate a aquellos nardos de incontestable dureza que insistan en demostrar que eso de la masculinidad es cosa de testosterona.
De lo que se trata es de seguir instalados en la doctrina actual que se lee del siguiente modo: cualquier acto incomprensible es la señal de que algo no funciona bien en el cerebro de estos “degenerados”. Movidos por la doctrina esquiroliana de la monomanía que estos políticos del siglo XXI se han empeñado en resucitar, cualquier conducta puede inscribirse en el seno de una disfunción neurobiológica y ser por tanto susceptible de un tratamiento. De lo que se trata es de alienar al ser humano y hacerle comprender que cualquier cosa que haga podrá ser incluida en una interpretación de enfermedad, “no es usted un violador porque quiere sino porque algo anda mal en su cerebro o en sus testículos, se lo dice el Estado que es tan perfecto que no puede admitir tal disidencia en su seno”, eso viene a decir la doctrina oficial de Sarkozy- Rovira a la que le auguro mucho éxito porque eso es lo que piensan en el fondo amplias capas de la población: que cualquier crimen puede ser explicado en base a suposiciones de antecedentes familiares, de entorno psicológico o apelando a ese gran desconocido que es el cerebro y cuando todo falla a las hormonas.
Y la verdad es que el problema no va a resolverse con castraciones químicas, antes al contrario, existirá un rebrote de la violencia sexual. ¿Por qué? Pues porque cualquier solución médica al problema inscribe al problema en un lugar donde la responsabilidad individual ha sido coartada. Alienar significa sin vinculo, sin referencias, al menos los violadores hoy tienen una identidad, la de violadores, mañana después de la castración solo serán "ellos o su testosterona"La única solución que existe para los criminales sexuales es la condena de por vida, dado que es evidente que no se recuperan jamás. Pero ¿de qué iban a recuperarse? Y ¿por qué iban a hacerlo? Uno se recupera de una gripe, de una intervención del corazón, pero no se recupera de algo que es un goce individual. ¿Es que Sarkozy o Carod Rovira van al psiquiatra a contarle como gozan?
Es verdad que se trata de un goce difícilmente comprensible para la gente común, para nosotros los normales, pero ¿quién ha dicho que haya que comprender nada?. Hay gente que es así y punto, no hay que comprender, sino poner límites físicos a ese tipo de conductas, y hacerlo además desde las instancias que el Estado ha diseñado para poner a buen recaudo las conductas inaceptables, la ley y su consecuencia inmediata, la reparación. ¿A qué viene esa manía de medicalizar cualquier tipo de transgresión?
La hipocresía del Estado que juega a ser benévolo acaba por ser letal no sólo para la sociedad sino para los propios violadores quien a partir de este momento podrán decir. “No fui yo sino mi testosterona quien lo hizo”, claro que ellos con no tomar la píldora lo tienen fácil, Eso es lo que harán o incluso más: seguirán cometiendo crímenes con píldora o sin ella, demostrando que no era la testosterona quien hablaba sino ellos mismos.
El sujeto es insensible a las maniobras de cualquiera y pugna por hacerse oír.

2 comentarios:

Ana di Zacco dijo...

Carod tiene cita con el Dalai Lama en su próxima visita a España. Me pregunto de qué hablarán...

Ana di Zacco dijo...

...y encima le colocó una bufanda.

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