viernes, 23 de febrero de 2007

De-meter, la madre

Demeter es la madre, pero es lo mismo que la hija Persefone, sin ella, sin la hija, la madre dejaria de ser Meter, Persefone, la hija está en el interior, en la esencia de Demeter. Y Demeter es tambien la espiga, el cereal, el trigo en sus tres formas: semilla que se entierra en el suelo, espiga que florece y trigo que se colecta para volver a la tierra o para ser cocido (transformado por el fuego) y comido, de nuevo al origen donde resucita de nuevo para ser inmortal en un nuevo ciclo. Por eso el tres es un numero mitico, femenino que representa las tres fases de la luna, la siembra, florecimiento y recolección. Todas las deidades griegas son tres, tripartitas y se vuelven a reunir en todos los mitos, en realidad Demeter es tambien Atenea y el olivo y Hera y la higuera, es Afrodita y la espuma y es Hecate y la luna y es Nemesis y es una oca que pone huevos a pares, cada una de ellas alumbra un aspecto personal y vegetal, marino y terrestre, el delfin es la madre-agua y el cerdo (o la vaca) es la madre-animal, como la higuera o el olivo es la madre vegetal descontando al trigo que es la madre-madre, la Demeter verdadera, la de las grandes ubres, la Artemisa de Efeso poblada de ubres, la Venus de la fertilidad anterior al orden olimpico, la diosa blanca, la gran madre.
Escribir es un acto de creación y la mujer -guardiana de los significados- está mas dotada que el hombre para hacerlo, ¿como explicar pues que las mujeres cuando escriben no den la talla de los grandes hombres? No tengo una respuesta a eso, pero seguro que tiene que ver con el principio de individuación, que no es otra cosa sino la fusión entre consciente e inconsciente. En el hombre su conciencia es masculina pero su inconsciente es femenino y acuoso, en la mujer sucede al revés, su conciencia es femenina pero su inconsciente es masculino. Los opuestos están invertidos en lo sexos y esta posición afecta sin duda al itinerario de bajada al inconsciente porque en ese sentido la mujer siempre está abajo, bajo tierra en su forma de Demeter, en la superficie en la forma de doncella divina y en el granero en la forma de Hecate, de anciana. Lo mitico domina la mente de los hombres y de las mujeres, pero ella aguarda siempre porque sabe que es irrenunciable volver en forma de espiga o de grano, y él sabe que no podrá volver sin obra, sin hazaña, sin épica, por eso el héroe sale siempre desprendiéndose de lo femenino que hay en él, aunque tambien aspira a la unidad perdida, y esa unidad es la fusión entre masculino y femenino, entre consciente e inconsciente. Ella no tiene prisa porque sabe que es inevitable volver en una forma u otra pero él no tiene esa posibilidad, es un conocimiento al que sólo llegará después de ser solo uno con ella y para ser solo uno con ella el héroe tiene que haber vislumbrado en algun momento que podrá ser uno consigo mismo, algo que sólo se consigue después de muchos viajes al ese lugar donde moran las semillas (la Koré, bajo tierra) y conocimientos. El héroe tiene que resolver muchas pruebas antes de entrar en los misterios de la espiga, un conocimiento que a ella le es dado por la naturaleza, de oficio....ser hombre es un hallazgo, una tarea, que tendrá recompensa o castigo si se cumplen y se aceptan los retos del cruce del umbral.

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