Pfizer acaba de anunciar la suspensión de un estudio que ha implicado a cerca de 3000 mujeres para demostrar que su producto estrella: el sildenafilo (Viagra) o al menos una molécula derivada del mismo podría ser eficaz en las disfunciones sexuales de la mujer del mismo modo que ha resultado eficaz en el tratamiento de las disfunciones sexuales del varón. El estudio ha concluido sin ninguna prueba de que el Viagra supusiera ningún beneficio para las féminas a pesar de resultar igual de vasodilatador que en los hombres y tan eficaz para revertir la disfunción sexual cuando es consecuencia de psicofármacos como los ISRS.
Las razones de este fracaso, dicen, hay que buscarlas en la psicología femenina, y ya anuncian que para la próxima experimentación buscarán la participación de sexólogos y psicólogos especialistas en psicología de la mujer. Y la verdad es que la razón de este fracaso hay que buscarla no tanto en la psicologia sino en la embriologia.La sexuación del cerebro del feto comienza muy tenpranamente y se realiza a partir de la testosterona de los testiculos del feto (si es varón) y de la testosterona del ovario de la madre. Lo curioso de la sexuación cerebral es que acaece no a consecuencia de la testosterona, sino del estradiol, un metabolito de la testosterona que diferencia determinadas estructuras cerebrales como las vomeronasales que se han demostrado correlacionan con la sexuación del cerebro fetal, concretamente con la conducta de busqueda sexual en el adulto, esta estructura permanece indiferenciada en la mujer. Es el estradiol -principal hormona femenina- la que paradójicamente viriliza el cerebro del feto varón y es la ausencia de eficacia del estradiol (por una inhibición dimórfica de la aromatasa) la que determina un cerebro hembra con las diferencias ya conocidas y que no voy a nombrar en este momento.
A nivel periférico una de las consecuencias de este dimorfismo sexual es la acción de la testosterona y su metabolito el estradiol en el crecimiento de las neuronas de la medula espinal que inervan el músculo bulbo-cavernoso. Como se sabe este musculo (y sus fibras) son las responsables de la erección y de un efecto relevante en el varón a través del musculo elevador del ano, que contrae la próstata y facilita la extravasación del semen. En la mujer los mismos mecanismos que inhiben el desarrollo del organo del vomer, son los responsables de la muerte neuronal selectiva de las neuronas del bulvo-cavernoso.
Dicho de una manera más clara: la inervación del bulvo-cavernoso carece de importancia en el placer sexual de la mujer, mientras que resulta necesario para la erección y por tanto para la eyaculación y el placer sexual en el hombre. Traducido al lenguaje común significa que en el hombre el placer sexual tiene que ver de un modo preferencial con estimulos periféricos que sólos bastan para poner a punto la maquinaria hidraulica necesaria para la erección y eyaculación incluso en ausencia de deseo. Pareciera como si la evolución hubiera priorizado la erección y la eyaculación sobre cualquier otra consideración. No es de extrañar porque si a primera vista parece como si el orgasmo femenino fuera algo.superfluo, solo pensando en que sin erección y eyaculación la reproducción seria imposible podremos entender porque los mecanismos selectivos operaron sobre todo preservando el placer del varón.
Efectivamente el placer de la mujer es superfluo para la reproducción, mientras que el placer del varón es absolutamente necesario para asegurar los movimientos coordinados que forman parte esencial del coito. La selección natural operó además enormes influencias en el cerebro del varón (del macho) a fin de asegurar la perpetuación de la especie por medio de la repetición del acto. El deseo sexual del varón es predominantemente visual, mientras que el placer femenino está ligado a una miriada de factores secundarios vinculados como en aquél a la reproducción.
En mi opinión esta es la razón fundamental por la que el sidefanilo (Viagra) es eficaz en el varón al favorecer la vasodilatación a través de NO (oxido nitrico) y engrasando la circuiteria que hace posible el mecanismo, mientras que en la mujer que tiene una reactividad disminuida a nivel del bulbo-cavernoso esta acción carece de la menor importancia en tanto que los estimulos periféricos nada tienen que ver con el deseo sexual femenino.
Sin implicar el sistema dopaminérgico (el sistema de recompensa) es poco probable que ningún fármaco influya en la respuesta sexual de la mujer, sin embargo algunos medicamentos con efecto a este nivel como la apomorfina parece que también tienen un efecto positivo sobre la sexualidad del varón y poca o nula en la mujer, lo que vuelve a dejar el tema de la respuesta sexual femenina en el impasse que ya reconciamos: que la respuesta sexual del hombre es mucho mas simple y mecánica que en la mujer, donde parecen intervenir tal cantidad de factores que parece por el momento imposible de reducir a la toma de una pildora.
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