lunes, 26 de febrero de 2007

Mente y lenguaje

No todo en la mente es lenguaje, pero si en ese océano existe algún archipielago, algunas islas sueltas o arrecifes de coral eso es el lenguaje, lo que nos hizo humanos. Humanos a medias porque hay algo en el lenguaje de trampa, de simulación. Si repites una palabra un número suficiente de veces caerás en la cuenta de que la palabra en si pierde su significado, se ha descascarillado y se convierte en una vaina vacia, A eso, a veces, le llamamos un mantra, algo que se repite y que no es sino una cáscara hueca. Los mantras sin embargo tienen una función muy importante:desconectan el hemisferio izquierdo y activan el hemisferio derecho, convierten un digito en un análogo, un significado concreto en una abstracción, se convierten en algo inefable.
Cortazar parece estar pensando en algo asi cuando nos aclara que es precisamente esta conciencia de cascara hueca la que impulsa al poeta, al narrador tras ellas:
"Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el noaceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba.
"En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas."
Dicho de otra manera el artista es aquel que es consciente de la hoquedad, de la grieta que se esconde tras el lenguaje convencional y la trasciende.
Cuentan que en el Tibet hubo una vez un hombre que se volvió loco como D. Quijote, pero no por leer novelas de caballerias sino por repetir un numero indefinido de veces el mantra Om!, la familia aturdida llamó al médico que diagnosticó en el enfermo una enfermedad mental. El enfermo se dirigió entonces al médico y le dijo "curame mi enfermedad, pero no me quites el Om".
Somos muy poco conscientes de la función de los mantras en nuestra vida, pero muchas veces el mantra opera como un sobreentendido sobre el lenguaje, observa estos dos versos:

Verde que te quiero verde.......

Rage, rage against the diying of the light.

El primero es muy conocido, pertenece a Garcia Lorca, el segundo es menos conocido, se trata del último verso de un poema de Dylan Thomas conocido como "No entres docilmente en la noche sutil", ambos se basan en la repetición (verde, rage). Si los repites muchas veces (en voz alta) e incluso sin repetirlos (casi solo leyéndolos) caerás en la cuenta de que el mantra se explica a si mismo, no necesitas saber que viene a continuación, ni que hubo antes de él, porque el mantra es una gestalt, una sílaba sagrada, una totalidad que captamos con nuestro hemisferio derecho, la parte del cerebro que no sabe analizar secuencias pero que sabe construir totalidades, el hemisferio de los sueños, de la hipnosis y de los estados modificados de conciencia. Los locos repiten mantras para si, pero tambien los iluminados y en ciertas condiciones de entrenamiento mental se repiten sílabas o notas musicales que activan nuestras propiedades gestálticas, en el yoga se utilizan los mantras precisamente para favorecer este estado de conciencia que llamamos meditación, y que no es sino una disciplina para acatar el yugo (yoga) de las formas, en este caso de las formas en sí (más allá de la semántica) de las palabras. Lo mismo sucede con las notas musicales, tomadas de una en una, asi aisladas ninguna nota significa nada, porque el cerebro (nuestro hemisferio izquierdo) está diseñado para reconocer patrones y no notas sueltas, sin embargo tomando las notas de una en una es posible hacerlas funcionar como un mantra, como una vibración (aksara), algo que se opone al Logos (palabra) y desposeerlas de su poder contextualizador, asociativo, es entonces cuando el cerebro izquierdo se amortigua y con él la capacidad reflexiva que nos impide apresar las grandes verdades que se ocultan tras lo incierto, lo impreciso, lo analógico.
Toda la música se basa en la repetición, sin repetición no habría evocación y por lo tanto sería dificil para el profano distinguir una melodia de otra, por eso las canciones populares tienen un estribillo que se repite al menos dos veces con distinta letra, esa repetición es la esencia misma de la música que se aprovecha de la capacidad del cerebro izquierdo para reconocer patrones. Algo más complejo es el caso del mantra de Hey Jude, de los Beatles, que se repite al final de la canción en aquel lalalalalalalala que se ha hecho famoso y que supone una ruptura canónica con la musica ligera, aqui los Beatles toman el mantra como principio de repetición y lo hacen al final de una canción que por otra parte tiene una estructura muy convencional.
Pero el lenguaje convencional es fraudulento, engañoso y pocas personas saben que cuando hablan o piensan en realidad están rindiendo honores a la dramaturgia. Novalis lo dijo afirmando que "hablar por hablar es lo unico que podemos hacer de serio en la vida", se referia a las conversaciones banales, improvisadas, antiutilitarias, esas que mantenemos en la cafeteria o en la peluqueria. Hay más rigor ahi que en todos los discursos, comentarios, foros o conferencias, porque ahi está la simulación plenamente instalada y reconocida, no existe disociación entre el Yo que habla-piensa y el espectador que sonrie, o se muere de risa. Dice Novalis:

"Causa sorpresa que la gente en virtud de un risible error crea que habla por las cosas mismas"

Efectivamente las cosas mismas no hablan, están mudas, porque es el ser consciente quien habla, quien recrea, quien entona o declama, el depositario del énfasis, de la silaba desde donde emanan el resto de sonidos que encadenados entre si tejen una trama con sentido, con sentido semántico, Fuera de la forma, fuera de la literatura no existe sino conversaciónes banales, pero tambien existe el aksara, la vibración sagrada, matriz de todas las formas, un silencio que opera como pantalla de los significados, de todos los significados, es por eso que el silencio es tan intolerable y es por eso que el silencio en ocasiones es mortifero como una arma cargada de infinitas intenciones, aquel que sólo habla y nunca escribió o calló, nunca terminó por meterse en el yugo que encadena a los bueyes a las formas, y es prisionero de la normalidad.

4 comentarios:

Elena Casero dijo...

Estoy alucinada. Sabía del poder que tenemos en la mente pero yo no sé entrar en ella de esa forma. Lógico puesto que no psiquiatra. Me interesa lo que dices, en especial la música. Aprender cada día algo, sorprenderse creo que es seguir vivo. Aunque no sé lo que diría un psiquiatra.

Mi admiración.

Paco Traver dijo...

Pues como este psiquiatra ha sido musico antes de fraile, puedo decirte que existe una condición similar en ambas actividades: las dos son de oido (nunca toqué el oboe pero si el clarinete)

Elena Casero dijo...

Tengo tendencia al absurdo y he pensado que lo del oído era para ser fraile.

¿Dónde puedo informarme sobre la venganza?
Tengo un pesonaje vegativo entre manos. pero no sé si lo estoy desarrollando bien. ¿Hay páginas en Internet, aparte de las pocas que he encontrado?

Cualquier instrumento tiene su propia identidad y, al final, creo que pasa con ellos como con los perros: que nos parecemos los amos a los animales.
Bromas aparte en mi casa suenan tres instrumentos más y esto es una locura (maravillosa)

Paco Traver dijo...

¿Venganza?, quizá deberias saber algo de Nemesis, la deidad femenina de la venganza. Es curioso que para los griegos, Venganza, Necesidad y Destino sean deidades femeninas anteriores al propio orden olimpico. Preexistieron al designio y hasta el propio Zeus estaba subordinado a ellas.

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