martes, 20 de febrero de 2007

Violencia de género en el acuario

Uno de los problemas de las parejas humanas opulentas es que nos hemos quedado sin depredadores naturales, entre otras cosas porque nos hemos encargado de hacerlos desaparecer a todos. Y no lo digo en broma. El viejo mecanismo de transformación de la agresión sexual en agresión extrasexual parece haberse debilitado en nuestra especie, como casi todas las inhibiciones parecen haberse transformado en prescripciones sociales, si atendemos a los casi diarias noticias sobre agresiones en el hogar con resultado de muerte.
Una de las razones de este debilitamiento es que ya no existen depredadores específicos de nuestra especie que puedan ritualizar la defensa común del territorio que es al parecer uno de los mecanismos que hacen de las parejas de pececillos de Lorenz una parejas fieles y eternos compañeros, la reorientación de la agresión (Tinbergen 1969) o su desplazamiento es uno de los rituales que amortiguan la agresión sexual. Lo curioso de estos peces del género cíclidos, es que tanto la agresión territorial de defensa que es compartida por ambos sexos, como la agresión extraspecífica trae como resultado la indestructibilidad del vínculo de la pareja, pero no crean que el cortejo fue fácil, ella invirtió muchas horas en seducir al aguerrido pececillo macho de colores, siempre entrando en su campo visual de costado y huyendo como marcan los cánones de la buena seducción antes de que el macho le diera un viaje o un buen mordisco. Poco a poco la hembra mediante técnicas depuradas de buena y sumisa seductora va propiciando la desactivación de su agresividad, hasta que llega un día en que estas maniobras de sumisión van dando lugar a una especie de "desafío" de igual a igual en el centro del territorio del macho. Entonces lo que sucede es algo extraordinario: el macho se apresta al ataque ante tamaña osadía, pero en el último momento, cuando ya se masca la tragedia, el macho desvía su agresión hacia cualquier pececillo de los alrededores. Es entonces cuando la hembra decide poner sus huevos en el suelo o al abrigo de un costado del acuario, el macho los fecunda en el agua y ambos se convierten en una pareja feliz, que defenderá su territorio de por vida, se convierten desde entonces en inseparables. Lorenz interpreta que el cambio de planes del macho se debe al miedo hacia la hembra (en realidad la confusión entre atacar o huir), siempre que la hembra haya logrado mediante su lidia continua haber previamente desactivado cierta dosis de agresión. O dicho de otra manera: en las especies donde la agresión no puede desactivarse del todo tras la copula (es incluso más necesaria que antes) o bien porque se trata de especies muy agresivas, la estrategia de la hembra es una conducta de sumisión que poco a poco va convirtiéndose en desafío a medida que el macho va habituándose a la presencia de una compañera. A medida que la hembra gana la confianza del macho aquel va aceptando su presencia, hasta que en una suprema y heroica confrontación precopulatoria el macho decide desfogarse con otros congéneres y emparejarse definitivamente con la hembra.
Lo realmente curioso de la viñeta anterior es que macho y hembra no se reconocen entre sí, es decir carecen de mecanismos para identificar el sexo de su congénere. Todo parece indicar que en las especies donde la identificación sexual es imposible visualmente es a través del ritual como el macho reconocerá a la hembra y también explica la ambigüedad misma del ritual que es similar tanto con una hembra o un competidor, dado que para el macho cualquier congénere es sobre todo un intruso. Sólo termina por entender que la hembra es una hembra a partir de su ceremonia de sumisión, dicho de otra manera el macho sólo se emparejará con alguien que se le someta y la hembra sólo aceptará a alguien que la haga sentir sometida.
Asi se reconocen los pececillos en el acuario y asi se renuncia a la agresión sexual.

1 comentario:

Maga Terrenal dijo...

Hola Doctor, cómo esta? Soy Maga. Por casualidad encontré su página que me parece muy interesante. Espero regresar para disfrutar con calma de sus artículos. Gracias por la recomendación de mi página. Ahí publicamos un coctel de todo, hasta tonterías para reirse.

Un abrazo y a la prochaine!

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